viernes, 18 de febrero de 2011

VISCERALES: El corazón en las manos.


Tengo ya latiendo en mis manos desde hace días Viscerales, recién salido de imprenta y aún calentito.

Lo voy saboreando poco a poco, a pequeños sorbos, como los vinos de las cepas más viejas, y me reafirmo en la idea de que, por muy diversos motivos, será, es ya un libro de referencia y de culto.

Mario & Jab se han dejado en él la sangre y la piel, han creado ambiente de equipo, generado expectación y mimado a los autores y cada detalle al máximo, haciendo de nuestras (y sus) vísceras un estandarte y convocando a un montón de escritores de genio y talento para la causa.

La labor de los seleccionadores y antólogos es frecuentemente ingrata, a menudo son más los recelos de los que se sienten injustamente excluídos que el apoyo de los que están dentro... Pero es, desde mi punto de vista, necesaria y básica para la oxigenación del sistema, para configurar nuevas corrientes y unificar criterios, para dar a conocer nuevas tendencias y voces, para renovar estéticas y modos de escribir, pensar y sentir.

Mario & Jab han hecho con Viscerales, sin duda alguna, un trabajo impecable, creando un libro con espíritu y fuerza (con dos cojones, como ellos dirían), con el que me identifico plenamente, como escritor y antólogo, y del que me siento orgulloso.

Algunos de los (a mi juicio) mejores narradores españoles de la actualidad y otros casi inéditos (pero no menos valiosos) han volcado sus vísceras y obsesiones sobre el papel a petición de Mario & Jab, por y para ellos, alumbrando este libro magnífico e imprescindible, lleno de relatos palpitantes y buenos latidos.

A vuestra salud
compis
con el corazón
en las manos


Viscerales
Edición: Mario Crespo y José Ángel Barrueco.
Viscerales es sobre todo rabia, sinceridad, corazón, hígado, riñones, calor y desnudez: un libro que contiene cuarenta ejercicios de honestidad literaria, cuarenta desahogos, cuarenta vaciamientos, cuarenta vomitonas. Diferentes estilos, diferentes tendencias, diferentes etiquetas, diferentes generaciones, diferentes autores, pero un único denominador común: la visceralidad sobre el papel.

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