Suelo preguntarme en los ratos muertos, entre reunión y raya de coca en el baño, cómo se las apañan los limpia cristales para dar sentido a su vida. Empezemos: hay varios tipos de limpia cristales; en primer lugar, los low cost, que dan lustre a ventanas bajas y a los escaparates de las tiendas. En segundo lugar, los deluxe edition, que se ocupan de los edificios altos de grandes bancos y rascacielos en general. Estos son, cómo no, los que se encuentran cada día a la intemperie a cientos de metros de altura, limpiando mierdas de palomas promiscuas y sucias. ¿Qué les pasa por la cabeza? Quizá se sienten poderosos, viendo las minifaldas de las secretarias cuando entran a pelotear a su jefe, o asistiendo a reuniones inútiles con power point desde el otro lado del cristal. Puede que en verano se pongan morenos gratis, pero no sé si les dejan trabajar con el torso desnudo por el tema de la imagen. Pero hay algunos problemas remarcables. Mientras que las flatulencias inoportunas son más libres que nunca, cuando se trata de evacuar residuos la cosa se complica. ¿Llevan un urinario-defecador portátil?
Otra pregunta de gran trascendencia es cómo y dónde comen. ¿Es agradable comer un tapper a 124 metros de altura? Quizá el cigarro de después de comer sabe mejor, siempre y cuando uno sepa disfrutar de la soledad.
Por todo ello, hay que tener una mente fuerte, que tenga paciencia y serenidad. Si no, que me expliquen qué se siente cuando se está limpiando el piso 24, uno mira arriba, y ve que le faltan 78 más.
No es un trabajo cualquiera, hay que estar fuertemente formado y preparado para afrontar tal mastodóntica tarea. Me pregunto si hay cursos de preparación al respecto. El curso podría llamarse limpiar hasta a 100 o ver y limpiar el mundo desde arriba.
Lo que me resulta harto complicado es tratar de dotar de glamour dicha profesión, aunque puede intentarse. Digamos que la intromisión en las oficinas a través de la ventana puede terminar en la concesión de una hipoteca a interés al 0%.
Veamos un ejemplo:
Se abre la ventana, un tipo con arneses entra en la oficina donde trabajan 25 personas de un banco internacional.
-Hola amigos, soy una persona que le gusta entrar por un lugar distinto a una puerta cualquiera, me gusta sorprender.
-Hola, señor, vamos a llamar a seguridad, preocúpese de limpiar lo que le toca y déjenos en paz.
Bueno, no es un gran ejemplo de cómo conseguir una hipoteca al 0% de interés, pero no podemos negar que el tío lo ha intentado.
Otra pregunta de gran trascendencia es cómo y dónde comen. ¿Es agradable comer un tapper a 124 metros de altura? Quizá el cigarro de después de comer sabe mejor, siempre y cuando uno sepa disfrutar de la soledad.
Por todo ello, hay que tener una mente fuerte, que tenga paciencia y serenidad. Si no, que me expliquen qué se siente cuando se está limpiando el piso 24, uno mira arriba, y ve que le faltan 78 más.
No es un trabajo cualquiera, hay que estar fuertemente formado y preparado para afrontar tal mastodóntica tarea. Me pregunto si hay cursos de preparación al respecto. El curso podría llamarse limpiar hasta a 100 o ver y limpiar el mundo desde arriba.
Lo que me resulta harto complicado es tratar de dotar de glamour dicha profesión, aunque puede intentarse. Digamos que la intromisión en las oficinas a través de la ventana puede terminar en la concesión de una hipoteca a interés al 0%.
Veamos un ejemplo:
Se abre la ventana, un tipo con arneses entra en la oficina donde trabajan 25 personas de un banco internacional.
-Hola amigos, soy una persona que le gusta entrar por un lugar distinto a una puerta cualquiera, me gusta sorprender.
-Hola, señor, vamos a llamar a seguridad, preocúpese de limpiar lo que le toca y déjenos en paz.
Bueno, no es un gran ejemplo de cómo conseguir una hipoteca al 0% de interés, pero no podemos negar que el tío lo ha intentado.
Vanity Dust
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