"Yo he visto cosas que vosotros no creeríais.
Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C
brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser.
Todos esos momentos se perderán en el tiempo como
lágrimas en la lluvia. Es hora de morir".
Rutger Hauer, en Blade Runner.
Es tarde y fue un día largo y duro...
Ahora me dispongo a cerrar los ojos, intentar apagarme, dormir las horas necesarias para verlo todo desde otra perspectiva, desde otro ángulo, y convertirme en una persona normal. -¿Acaso he dejado de serlo en algún momento?- me pregunto… No, no creo. Sin embargo sé lo que pasará: me acuesto contigo y me vuelvo a despertar sin ti: Oscuro objeto del deseo. Sobre mi cama hay llantos, manchas, risas y varias manos de más. Eras la víctima perfecta. Miradas que sobran durante toda la noche. ¿Me recuerdas? Soy el chico de ojos tristes, el que te saco a bailar. Aún no había terminado el invierno y ya te prometía un verano feliz:
- "Common, baby"! Ven a mí, y te haré sonreír...
El Último viaje programado hasta mi habitación, tu plato preferido: cualquier ensalada que nunca acabarías. No, no preguntes por mí si te dicen que nunca volví a ese lugar... Nunca es demasiado tiempo. Nunca esperaré más por ti como hasta ahora.
-"I All want is you"- Eras la presa perfecta -. " Ahora conduciré toda la noche"- Me dije. No nos encontrarán, nunca lo harán.
Y así, con nostalgia tipo “despedida” me deshice anoche de Ti.
Limpié mis manos de sangre en el mar -"Jamás sabrán más de nosotros, amor..."
Solos. Tu risa en mi cabeza, tú, y yo... Bienvenida, amor. Tú dirigiste mi vida los últimos minutos de la tuya. Un, dos, tres... Vuelta a empezar.
Desde el día en que todo comenzó, sabíamos del final: vino, sangre y rosas... Y tu plato preferido, esa terrible ensalada de pasta que nunca acabaste. Aún me excito pensando en ese momento. Pero no recuerdo tu nombre, porque nunca te llame por él, ¿verdad, princesa? Además, al final me mirabas como diciendo que no, que tú no... Pero sí, lo sabes bien: Tú me elegiste a mí.
Por eso, al final de todo tenías la misma expresión que las demás: que la chica de ojos verdes; la primera que me dijo “no”; la misma que la peluquera, o que la de la vecina de casa de mi padre, o la de mi tía, hermana de mi madre...
Todas, todas me elegisteis a mí...
Y sabéis morir tan bien...
Iñaki Estévez Muñiz, del libro Hotel Desafío (inédito).
Ilustraciones by Benitt Ash.
brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser.
Todos esos momentos se perderán en el tiempo como
lágrimas en la lluvia. Es hora de morir".
Rutger Hauer, en Blade Runner.
Es tarde y fue un día largo y duro...
Ahora me dispongo a cerrar los ojos, intentar apagarme, dormir las horas necesarias para verlo todo desde otra perspectiva, desde otro ángulo, y convertirme en una persona normal. -¿Acaso he dejado de serlo en algún momento?- me pregunto… No, no creo. Sin embargo sé lo que pasará: me acuesto contigo y me vuelvo a despertar sin ti: Oscuro objeto del deseo. Sobre mi cama hay llantos, manchas, risas y varias manos de más. Eras la víctima perfecta. Miradas que sobran durante toda la noche. ¿Me recuerdas? Soy el chico de ojos tristes, el que te saco a bailar. Aún no había terminado el invierno y ya te prometía un verano feliz:
- "Common, baby"! Ven a mí, y te haré sonreír...
El Último viaje programado hasta mi habitación, tu plato preferido: cualquier ensalada que nunca acabarías. No, no preguntes por mí si te dicen que nunca volví a ese lugar... Nunca es demasiado tiempo. Nunca esperaré más por ti como hasta ahora.
-"I All want is you"- Eras la presa perfecta -. " Ahora conduciré toda la noche"- Me dije. No nos encontrarán, nunca lo harán.
Y así, con nostalgia tipo “despedida” me deshice anoche de Ti.
Limpié mis manos de sangre en el mar -"Jamás sabrán más de nosotros, amor..."
Solos. Tu risa en mi cabeza, tú, y yo... Bienvenida, amor. Tú dirigiste mi vida los últimos minutos de la tuya. Un, dos, tres... Vuelta a empezar.
Desde el día en que todo comenzó, sabíamos del final: vino, sangre y rosas... Y tu plato preferido, esa terrible ensalada de pasta que nunca acabaste. Aún me excito pensando en ese momento. Pero no recuerdo tu nombre, porque nunca te llame por él, ¿verdad, princesa? Además, al final me mirabas como diciendo que no, que tú no... Pero sí, lo sabes bien: Tú me elegiste a mí.
Por eso, al final de todo tenías la misma expresión que las demás: que la chica de ojos verdes; la primera que me dijo “no”; la misma que la peluquera, o que la de la vecina de casa de mi padre, o la de mi tía, hermana de mi madre...
Todas, todas me elegisteis a mí...
Y sabéis morir tan bien...
Iñaki Estévez Muñiz, del libro Hotel Desafío (inédito).
Ilustraciones by Benitt Ash.
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