jueves, 14 de enero de 2010

MEMORIA DEL CAOS


JOSE BLANCO, TRATANDO DE ENCAUZAR EL CAOS SIN MEMORIA

Jose Blanco me ha pasado su Memoria del caos y he tenido el privilegio de poder leerla antes de ser publicada. Es un poemario tiernísimo de amor, una reflexión caleidoscópica sobre la escritura, un itinerario detallado del proceso creativo, un elogio apasionado de la lectura, un mapa lúdico con citas, un collage laberíntico sobre los sueños.
Pero también una reflexión laberíntica del proceso creativo, un itinerario lúdico de amor, un collage apasionado con citas, un elogio tiernísimo de la escritura, un poemario detallado sobre la lectura, un mapa caleidoscópico sobre los sueños.
Y un elogio detallado del proceso creativo, un poemario lúdico sobre los sueños, una reflexión tiernísima con citas, un collage caleidoscópico sobre la escritura, un mapa laberíntico de la lectura, un itinerario apasionado del amor.
Y, además, un collage lúdico de amor, un elogio caleidoscópico de los sueños, un mapa tiernísimo del proceso creativo, un poemario apasionado con citas, una reflexión detallada sobre la lectura, un itinerario laberíntico de la escritura.
Y, ahora que me doy cuenta, también el resto de las posibles combinaciones. Buena me la ha hecho Jose al pedirme un puñado de líneas sobre este texto suyo tan sustancioso y sugerente. Que las Musas me ayuden, me susurro a mí misma, mientras levanto la vista del papel y la paseo —-siempre es un consuelo— por las estanterías llenas de libros. Estoy en la Biblioteca de Bidebarrieta, intentando escribir algo que medianamente exprese el placer que me han causado algunas de estas páginas —“Marisma A-Z”, “Los Estilitas”, “Paseo ansiolítico” o “Muelle de las aducciones”, sin ir más lejos— y, como siempre que me encuentro en esta cueva de Alí Babá preñada de tesoros, los ojos se me escapan de la tarea y las manos se me van detrás de una de las joyas. Ésta se titula Pintar sin tener ni idea y otros ensayos sobre arte y su autor es Ángel González García. La abro, la ojeo, voy leyendo por aquí y por allá, me río, curioseo por los capítulos, me entretengo y, exactamente en la página 12, en el ángulo superior izquierdo, me encuentro una reproducción de “La Musa inspirando al Poeta”, el cuadro que Henri Rousseau pintó en 1909. Podría ilustrar perfectamente Memoria del caos.
Pensando que puedo contar a Jose mi descubrimiento, que seguro le interesa, tranquilizo mi conciencia y me concedo a mí misma permiso para dejar por hoy de escribir y dedicarme por entero a la lectura. Qué suerte.

Marisa Gutiérrez Cabriada

Memoria del Caos, José Blanco (Baile del sol, 2009).