Nos decían
“Tiraos al agua! Tiraos, sin miedo!”,
y yo miraba la superficie de la piscina,
tan quieta y silenciosa,
pensando “qué culpa tiene ella?”.
Yo, ocho años,
metro veinticinco,
un treinta y cuatro de pie,
temblaba en el trampolín.
“Tiraos sin miedo!”
Bien, esa fue la última orden,
y debo admitir que yo
me tiré,
sí,
pero en mi favor solamente puedo decir que
lo hice con miedo.
Alberto Clavería, inédito.
http://albertoclaveriapoeta.blogspot.com/
“Tiraos al agua! Tiraos, sin miedo!”,
y yo miraba la superficie de la piscina,
tan quieta y silenciosa,
pensando “qué culpa tiene ella?”.
Yo, ocho años,
metro veinticinco,
un treinta y cuatro de pie,
temblaba en el trampolín.
“Tiraos sin miedo!”
Bien, esa fue la última orden,
y debo admitir que yo
me tiré,
sí,
pero en mi favor solamente puedo decir que
lo hice con miedo.
Alberto Clavería, inédito.
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