Venían de Queens. Saltaron desde el CBGB. No lo hicieron solos. Junto a ellos Television, Blondie Talking Heads o Patti Smith. Pero nada de etiquetas: éramos amigos de gente como Debbie Harry, Talking Heads, Dictators o Hertbreakers pero nada más. La prensa hizo que aquello pareciera una familia muy unida pero no lo fue.(Joey Ramone). La necesidad de escapar huir divertirse. El Gran asesino era el aburrimiento (Sam Shepard). Contra el tedio el aullido la velocidad. Gritar no espanta el dolor pero poco más se puede hacer. Barriobajeros buscando una nueva manera de perderse un agujero por el que salir. Yo tocaba la batería. Dee Dee tocaba la guitarra rítmica y hacía la voz solista. Cuando se ponía a cantar, dejaba de tocar la guitarra porque no podía hacer las dos cosas a la vez. (Joey Ramone). Ilusión empuje. Entusiasmo contra las limitaciones. Joey había escrito algunas canciones. Como él se sabía la letra, las cantó mientras seguía el ritmo, y entonces supimos que él tenía que ser el cantante. (Dee Dee Ramone). Velocidad energía velocidad. Cada vez tocaban más deprisa, y yo no podía seguir el ritmo con la batería. Era demasiado rápido. A cada ensayo tocaban más deprisa. Por eso me pidieron que cantara.( Joey Ramone). Señas: rapidez concisión frescura diversión. La sencillez como virtud nunca como defecto. Lo vimos en las cortantes minúsculas de Carver las flores de fuego de Kitano. Con los Ramones no se borran las preocupaciones pero pueden ser arrinconadas al menos. Durante dos o tres minutos. No más. Quizá todo placer sea alivio (William Burroughs). Eternos segundones eternos adolescentes. Eclipsados por la mentira británica que abanderaba el movimiento que ellos habían ayudado a crear. Antes de los SexPistols y de los Clash, antes del circo mediático de Malcom McLaren, antes de que la música fuera todo postura política y rollo, estuvo el punk americano con todo su corazón (William Burroughs). Se apropiaron del apellido Ramone como homenaje a Paul McCartney quien ya lo había adoptado en alguna ocasión. Beattles Who Kinks Bo Diddley Beach Boys Stooges muchos más. Coge todo lo que te importa y haz lo que puedas con ello. Acelera en las curvas. No se trata de salvarse sino de alejar el cansancio el dolor de todos los días. Los muros del principio el patio de la escuela el trabajo los horarios los otros muros los que desde dentro levantamos al caminar. Voy a estar con la banda esta noche/ tocaré bajo las farolas/ cuando los problemas han desparecido/ siento que la emoción está aquí ( In the park). La emoción el mejor remedio contra el tedio la inercia la resignación. Junto con la música entra en el cuerpo la esperanza (John Berger). Llegaron para que nada fuese como había sido hasta entonces. Tocaron a favor de un miembro de los Dead Boys apuñalado y tocaron para recaudar fondos con los que comprar chalecos antibalas para la policía. Títulos fundamentales y un puñado de himnos: oraciones trincheras. Necesitamos himnos canciones que nos salven de los días peores (Fernando Menéndez). Quizá todo lo que un hombre necesite sea una canción para cada momento. Una canción que sepa dividir y otra que sepa multiplicar. Cuando no hay salida todo se reduce a una cuestión de restar o tal vez de añadir. No me importa este mundo/ no me importa esta chica/ no me importan estas palabras( I Dont Care) Porque aquí no es donde quiero estar/ rock,rock, rock’n’roll de instituto/ sólo quiero tener diversión/ sólo quiero tener algunas chicas (Rock’n’roll high schooll). La resignación es lo que sigue a la decepción. Siempre. Ahora tumbarme levantarme ir a la cocina al cuarto de baño. Ver mi pelo crecer. No quiero vivir mi vida otra vez. (Pet Sematary). Yo tampoco: sin nada sin nadie. No sabría dónde buscar cómo juntar las partes coser los miembros de la criatura que aguarda la sacudida del rayo la electricidad que no activa no despierta. Ley seca para los chavales. Martes jueves sábado domingo. Los rasgos de los días se han borrado como el dibujo de unas ruedas gastadas. El tiempo por delante es el que me hace ir poco a poco quedándome atrás. El otro, el de antes, me impide avanzar. No es tan malo caer. Para tropezar hay que ir a alguna parte moverse en alguna dirección. No es tan malo caer. El final es tan sólo una parte del camino. Están formando en fila india/ marchan a través de duros vientos/ los chicos están perdiendo la cabeza. (Blitzkreig bop). La música trae consigo el recuerdo: queríamos sacar dinero para el viaje de estudios. Un desfile. Nombres. Entre ellos el mío. Unos llevarían traje los otros no. Por un centímetro vaqueros y camiseta. Para cada pase se podía elegir una canción. El Ramonesmanía fue el primer disco que me robaron. Un disco que como casi todo lo que perdí nunca llegó a ser del todo mío. No hace mucho mientras ordenaba el armario encontré una camiseta gris que primero había sido negra. En el centro un águila con un bate de béisbol. La puse por debajo de la roja con el número siete pues cuando falla el cambio de ritmo la confianza el regate siempre viene bien un amuleto. Sea cual sea. Entré en el campo con un dos uno a favor. Perdimos seis tres. El tercero no lo metí yo. En mi espalda el siete. Yo prefería el ocho o el cuatro o el seis pero los números pares ya tenían dueño. Otra vez tuve que aceptar conformarme otra vez los Ramones conmigo. De entre los impares elegí el siete por Juan Gómez Juanito. El futbolista que quería ser torero que se arrodilló ante el árbitro para no ser sancionado le pisó la cabeza a Matheus cuando el alemán casi acaba con Chendo y después le ragaló un estoque y una capa el jugador que le pidió a Curro Romero que le cortase la coleta el día de su retirada en el Málaga el siete que tiró el balón a la cara del linier defendiendo los colores de Los Boliches. Los Ramones hicieron más llevadero el rechazo colgando un estribillo de la mayoría de mis fracasos. Aunque no todo fue difícil. Con aquella camiseta que antes fue negra pero más tarde gris perdí lo primero que un hombre quiere perder y nunca le preocupa recuperar. Por eso la utilicé como amuleto: un talismán no es más que la voluntad de la repetición el intento de recuperar la suerte acariciada el momento mejor. El aspecto la actitud la identidad. Flequillo cuero vaqueros zapatillas de deporte. Pero el tiempo es un ajuste de cuentas. Estuvimos de gira sin un único descanso, durante quince años. Nadie hablaba conmigo. Johnny y Joey se pasaron años sin hablar. No podíamos mirarnos a la cara. ...pensaba :"Bien, tres cuartos de concierto. Pronto podré bajarme del escenario e irme al hotel. También estaba harto de la imagen de niño pequeño, del peinado de borla y la chaqueta de cuero. No quería ser un niño pequeño. No me hacía mayor. Éramos hombres de mediana edad jugando a ser delincuentes juveniles (Dee Dee Ramone). El mismo juego: cura para algunos. La búsqueda distinta: vacuna para otros. Lo único que nos queda es mantener nuestra dignidad. He hecho ya de todo y quiero vivir el resto de mis años lo más fácilmente posible. Espero no tener nunca que buscar un trabajo (Dee Dee Ramone). Honestidad. Tranquilidad. Nada más difícil más importante más necesario. Difíciles de hallar cuando el miedo te guía cuando es el trabajo quien te encuentra por muy lejos que vayas por muy bien que te escondas. Quiero salir esta noche. No para divertirme hoy sino para estar reventado mañana. Dormir al fin. Adiós hermanos adiós amigos. Os debo tanto.
Extraido del número 8 de Borraska (especial adicciones)
Extraido del número 8 de Borraska (especial adicciones)
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