Mientras suena Move It On Over,
no dejo de pensar
en el autor de su letra y música,
en su muerte más que nada:
el Shakespeare de los campesinos
murió el día de Año Nuevo de 1953,
camino de un bolo en un cuchitril.
El Shakespeare de los montañeses
murió en el asiento trasero de su Cadillac
azul:
el sombrero Stetson
caído sobre la frente,
la guitarra, a un lado,
una botella de whisky al otro
y a sus pies
un frasco de clorhidrato de morfina.
Mientras suena Move It On Over,
no puedo dejar de pensar
en la amarga despedida de Hank Williams:
nunca llegó a saber
que con este tema, con Move It On Over,
había inventado,
adelantándose siete años en el tiempo,
el rock and roll
y lo más probable, tal y como leí en un libro,
es que en el momento de su muerte
ni siquiera fuera consciente
de que acababa de entrar
en un año
Nuevo.
David González, de Loser (Bartleby Editores, 2009)
no dejo de pensar
en el autor de su letra y música,
en su muerte más que nada:
el Shakespeare de los campesinos
murió el día de Año Nuevo de 1953,
camino de un bolo en un cuchitril.
El Shakespeare de los montañeses
murió en el asiento trasero de su Cadillac
azul:
el sombrero Stetson
caído sobre la frente,
la guitarra, a un lado,
una botella de whisky al otro
y a sus pies
un frasco de clorhidrato de morfina.
Mientras suena Move It On Over,
no puedo dejar de pensar
en la amarga despedida de Hank Williams:
nunca llegó a saber
que con este tema, con Move It On Over,
había inventado,
adelantándose siete años en el tiempo,
el rock and roll
y lo más probable, tal y como leí en un libro,
es que en el momento de su muerte
ni siquiera fuera consciente
de que acababa de entrar
en un año
Nuevo.
David González, de Loser (Bartleby Editores, 2009)
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