jueves, 16 de agosto de 2012

1 RELATO de Trevor Kusuhara.


Anoche mataron a una negra en el piso de abajo. Mi chica se sobresaltó cuando oyó el disparo. Yo estaba durmiendo y me desperté por el sobresalto de mi chica. Luego fue todo silencio, después unos pasos apresurados abandonando el piso. Supuse que después de todo, alguien había pasado al otro barrio. Minutos después llegó la policía y la ambulancia. Se llevaron el cadáver. Y los polis subieron arriba y nos interrogaron. Les dijimos que la negrita era una buena chica. Jamás tenía mala cara, y cuando nos la encontrábamos en el ascensor siempre saludaba y preguntaba por el tiempo. Los polis nos dijeron que andaba metida en drogas y robo agravado. Bueno, todos tenemos nuestro pequeño secreto, pensé. 

Cuando todos se fueron. Volví a la cama, pero gran parte del sueño ya se había ido. Me preparé algo de café y me vine a escribir un poco. Ahora practico más que antes toda esta mierda de escribir. Es un poco jodido y puede hacer perder la cabeza a un hombre. Mi chica, Josie, no tiene problema a la hora de dormir. Sencillamente se echa, dobla sus piernas y ya está. Al otro lado del mundo soñando con que un hombre famoso la invita a salir. Tengo problemas de dormir desde que entré a trabajar en una fábrica de horario nocturno. Llego a casa amaneciendo y estoy allí en la cama, incluso horas, dando vueltas y vueltas. Buscando el culo de morfeo. 

Ayer me levanté después de haber despertado por cuatro veces en la cama. Afuera amanecía. Malas señales, una vez que llegaba el sol todo se había acabado. Nuevamente al trabajo, a la fábrica, donde te mantienen recluido durante horas. Esperar a la noche. Solo duermo por pequeños periodos de tiempo. A veces pienso en el tiempo que necesita una batería para recargarse, mi batería hace tiempo que pide una recarga pero yo estoy allí exprimiéndola, estrangulándola. 

Estoy pensando conseguirme una mascota, cuando salgo de casa mi chica queda sola y aburrida. Y no hay nada más peligroso que una chica sola y aburrida. Así que ya veis, antes tenía un gato atigrado. Era un buen gato, nunca se aparecía cuando tenías una mala racha. Hasta que un perro del vecindario lo mató. Era de esos gatos que paraba metiéndose en líos, supongo que quería imitarme. Iba a las casas a robarse la comida cuando nosotros le dábamos de sobra. Puede ser que no le gustase la comida. 

La cosa que ahora al llegar a casa me encuentro con mi chica haciendo la limpieza y escuchando música horrible. Ella sabe que es horrible pero aún así le gusta. Yo me hago el tipo duro y no digo nada. Nunca discutas con una mujer, es un tema de nunca acabar. Es mejor mantenerse al margen de todo eso, tratar de buscar el chiste de la situación y largarte con tu lata de cerveza.


Trevor Kusuhara, del  blog La nueva Mierda.

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