viernes, 24 de agosto de 2012

TESTIGOS por David González.


se acerca ya
la hora del relevo:
presientes la línea de meta
y será entonces cuando habrás de ceder

el testigo:

entregárselo a otros hombres y mujeres de palabra:
escritores y escritoras de no ficción a ser posible:

ellos y ellas le protegerán:
al testigo:

de cargo:

para que siempre
que tengan ocasión
declare ante sus lectores:

sus semejantes:

la verdad que solo él conoce
sobre los crímenes que presenció
o sobre aquellos otros
en los que él mismo empuñó

el arma
homicida:

en realidad, no podemos vivir sin verdad:
la necesitamos no solo para comprender cómo vivir bien,
sino para saber cómo sobrevivir:
barry g. frankfurt


David González, de No hay tiempo para libros (Nadie a salvo) (Origami, 2012).

1 comentario:

Anna Genovés dijo...

Cierto,
La vida sin verdad es menos que nada… Es porquería que irradia de nuestras bocas y trasmuta en materia… Orgánica o incandescente. Pero, materia al fin y al cabo; porque la mentira es verdad y la verdad es mentira.
Un beso amigo poeta, Ann@ Genovés