miércoles, 11 de junio de 2008

PARA QUÉ ESCRIBE NACHO ABAD


Abad escribe para ser importante. Para ganar premios
y diplomas con los que empapelar sus paredes.
Escribe para que pongan en una calle,
en un barrio a las afueras,
una placa con su nombre.

Para que críticos y catedráticos escriban
muchas líneas sobre su obra,
ensayos gruesos e ilegibles
como la letra de un disléxico.

Para llenar estanterías en bibliotecas vacías,
para leer ante alumnos aburridos en grises institutos,
para matar el tiempo,
para ser un artículo en la Wikipedia,
para follar con becarias entusiastas
que hacen su tesis doctoral
sobre poesía contemporánea.

Para dar lecciones de moral,
para ser un tipo interesante,
para tener un pase vip en las fiestas chic de la calle Serrano.

Para crear opinión,
para quererse más de lo que aun se quiere,
para tener todo lo que odia de aquellos a quienes odia
sin odiarse ni un poco.

Para poseer algo que vender al diablo
cuando éste le haga una oferta
por su alma.
Para que le lama el culo
algún poéta inédito.

Para que cuando teclee en el google
su nombre aparezcan miles de resultados.

Para que los concejales de cultura le llamen de tú,
para que monteros y prados le cinten en sus libros.

Para trepar a la gloria por el camino más lento,
para olvidarse de los otros,
para no admitir que está realmente vacío
por dentro.

Para convertir lo más odioso de sí, lo oscuro,
lo negro que lleva dentro
en un poema honesto.

Nacho Abad, poema extraído de Road Movie, una novela que no existe.

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