Vicente:
No concibo la vida sin ritmo. Necesariamente debe haber un son para bailar. Unos chasquidos que acompañen nuestros cantos. Unos tambores redoblando aullidos a la madrugada, a solas. Incluso el silencio lleva su propio ritmo, y es bellísimo, porque es lento, decadente...es casi un no-ritmo, pero sigue siendo movimiento. Se sueña, come, folla, ríe, grita, llora, escupe a un ritmo, siempre a un ritmo. Y me doy cuenta que tú también llevas tu propio ritmo.Y que los otros 36 hijos de satanás también. El viejo Buk tuvo su ritmo. Quién sabe cuántos gusanos devoraron la carne del viejo indecente, pero lo importante es que aún sus letras tienen ritmo. Es un placer que quieras colocar algo mío en Hankover. Aquí te entrego un poema con el cual presentarme, un poema de esta mujer que comparte -desde la mitad del mundo- la misma resaca.
Abrazo andino....
y purísima vida!
Carla Badillo C
No concibo la vida sin ritmo. Necesariamente debe haber un son para bailar. Unos chasquidos que acompañen nuestros cantos. Unos tambores redoblando aullidos a la madrugada, a solas. Incluso el silencio lleva su propio ritmo, y es bellísimo, porque es lento, decadente...es casi un no-ritmo, pero sigue siendo movimiento. Se sueña, come, folla, ríe, grita, llora, escupe a un ritmo, siempre a un ritmo. Y me doy cuenta que tú también llevas tu propio ritmo.Y que los otros 36 hijos de satanás también. El viejo Buk tuvo su ritmo. Quién sabe cuántos gusanos devoraron la carne del viejo indecente, pero lo importante es que aún sus letras tienen ritmo. Es un placer que quieras colocar algo mío en Hankover. Aquí te entrego un poema con el cual presentarme, un poema de esta mujer que comparte -desde la mitad del mundo- la misma resaca.
Abrazo andino....
y purísima vida!
Carla Badillo C
La N.N.
En tardes como ésta
repudio tener un nombre
¡Carla! escucho desde lejos
y quisiera no voltear
Pasar de largo
confundirme en otro rostro
Enmarañarme en otro cuerpo
Desaparecer.
Que cuando vaya al Café de siempre
Todos digan:
Ahí viene la mujer anónima
La que lleva tantas noches
anquilosadas en sus ojos
La que no come por pasar cantando
Y la que custodia entre sus piernas
un gran amor que se pudre.
Ella, la sin nombre propio
La mil nombres adquiridos
La que puede ser Betty Blue
y arrancarse un ojo
sin dar explicaciones.
La que puede ser Lilith, Gala,
Anais, Delia, o Ariadna,
de acuerdo a la intensidad de la lluvia.
Ella
la inaudita
la ermitaña
la Eterna Ausente.
repudio tener un nombre
¡Carla! escucho desde lejos
y quisiera no voltear
Pasar de largo
confundirme en otro rostro
Enmarañarme en otro cuerpo
Desaparecer.
Que cuando vaya al Café de siempre
Todos digan:
Ahí viene la mujer anónima
La que lleva tantas noches
anquilosadas en sus ojos
La que no come por pasar cantando
Y la que custodia entre sus piernas
un gran amor que se pudre.
Ella, la sin nombre propio
La mil nombres adquiridos
La que puede ser Betty Blue
y arrancarse un ojo
sin dar explicaciones.
La que puede ser Lilith, Gala,
Anais, Delia, o Ariadna,
de acuerdo a la intensidad de la lluvia.
Ella
la inaudita
la ermitaña
la Eterna Ausente.
Carla Badillo Coronado, poema inédito.
Hace unos días Carla Badillo, desde Quito, en la otra orilla, nos concedió uno de los premios Brillante Webblog 2008 en su interesantísimo cuaderno de bitácora Mujer en Tierra Firme (otros fueron para los de Alfonso Vinalia, Crónicas para decorar un vacío, José Ángel Barrueco, Escrito en el viento, y David González, Sigo sin querer ir al cielo, todos ilustres hijos de la Resaca). Entré en su blog, eché un ojo a sus poemas y textos y no pude resistirme a invitarla a colaborar en Hank Over. Esta fotografía magnética, estas palabras satánicas y este intenso poema fueron su regalo... Salud & Pura Vida, Carla, y que Hank nos guarde de los Bichos Malos. v.
3 comentarios:
"Me gusta pensar en toda esta gente que me enseñaron tantas cosas que yo nunca había imaginado antes. Y me enseñaron bien, muy bien cuando eso era tan necesario me mostraron tantas cosas que nunca creí que fueran posibles. Todos esos amigos bien adentro de mi sangre quienes cuando no había ninguna oportunidad me dieron una."
Charles Bukowski.
Gracias Vicente, y que Hank nos guarde de los bichos malos.
Carla.
CARLA EN HANK OVER BLOGSPOT
GENIAL
MUCHAS GRACIAS AL RESPONSABLE DE SUBIR ESTE POEMA
EL KEBRAN
¡Grande, Carla!
El beso más grande para ella,
para el resto también besos.
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