El escritor checo Ivan Klima cuenta en esta novela la vida de un barrendero de Praga, obsesionado con la figura de Kafka, y con el corazón escindido, un gajo para su mujer y madre de sus dos hijos (su afectos y responsabilidades familiares) y el otro para una escultora (su vocación artística). El protagonista podría ser perfectamente un alter ego de Klima, que estuvo en un campo de concentración siendo niño y después fue ninguneado por el régimen comunista y tuvo que sobrevivir con oficios como el de barrendero o conductor de ambulancias. Un libro hermoso y duro (lo publica El Acantilado)
Yo lo leí poco después de haber estado trabajando, también, como barrendero, y la verdad es que nunca como durante esos meses sentí que la ciudad en la que vivía estaba llena de mierda (y no hablo de la que echaba a los contenedores), de grietas, de gente que acechaba (y también de gente, por suerte, que se besaba, paseaba despreocupada...). Un barrendero se mimetiza con el espacio urbano, se invisibiliza, convierte en parte de la piel, de las vísceras de ese animal salvaje que es una ciudad. Si no fuera por la lluvia, por el sol, por el frío, por el calor, por los coches, por los peatones, por el sueldo, por las miradas por encima del hombro... es un buen oficio para un escritor, tienes cierta libertad y mucho tiempo para pensar. Mucho tiempo para el amor y para la basura. P.
Yo lo leí poco después de haber estado trabajando, también, como barrendero, y la verdad es que nunca como durante esos meses sentí que la ciudad en la que vivía estaba llena de mierda (y no hablo de la que echaba a los contenedores), de grietas, de gente que acechaba (y también de gente, por suerte, que se besaba, paseaba despreocupada...). Un barrendero se mimetiza con el espacio urbano, se invisibiliza, convierte en parte de la piel, de las vísceras de ese animal salvaje que es una ciudad. Si no fuera por la lluvia, por el sol, por el frío, por el calor, por los coches, por los peatones, por el sueldo, por las miradas por encima del hombro... es un buen oficio para un escritor, tienes cierta libertad y mucho tiempo para pensar. Mucho tiempo para el amor y para la basura. P.
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