Linda y yo vivíamos justo frente al parque McArthur, y una noche que estábamos bebiendo vimos por la ventana que caía un hombre, una visión extraña, parecía un chiste, pero no era ningún chiste pues el cuerpo se estrelló en la calle. "dios mío", le dije a Linda, "¡se espachurró como un tomate pasado! ¡no somos más que tripas y mierda y material pegajoso! ¡ven! ¡ven! ¡míralo!". Linda se acercó a la ventana, luego corrió al baño y vomitó. luego volvió. me volví y la miré. "te lo digo de veras, querida, es exactamente igual que un gran cuenco de espaguettis y carne podrida, aderezado con una camisa y un traje rotos!". linda volvió corriendo al baño y vomitó otra vez.
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