Estoy en Albania, el más secreto país europeo. Lleno de bunkers, niños, atroces carreteras, edificios en ruinas y todos los Mercedes Benz robados del mundo, parece el paraíso del aventurero.
Debo estar totalmente loco porque porque es aquí donde me lo estoy pasando bien. Mi viaje europeo ha sido como vestir galas de seda y beber champán del caro. Pero esto es la vida real.
¿Por qué es tan real? Porque lo son la comida, la gente e incluso el riesgo de montar en moto.
No más bien preparadas ruinas para turistas, no más "prohibido fumar, sea prudente, respete los límites de velocidad, no beba y conduzca". Que se jodan todas esas normas occidentales para nenazas asustadas.
La consigna es simple: "eh, tú, motorista, sobrevive o muere, pero quita de en medio. No tengo carné de conducir pero sí un Mercedes robado potente como un tanque".
Amalo u odialo. Yo hago las dos cosas al mismo tiempo. Ven y diviertete, si es que sobrevives.
Miquel Silvestre on the Road.
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