la historia no entiende de geografía.
en gijón
los perros callejeros
nos estarán agradecidos:
secaremos su sed
con nuestra sangre desechable.
algunas mañanas
desharemos el nudo de la garganta
y caminaremos a oscuras
hacia las largas colas
del pan.
no obstante,
cada mañana
irá quedando
menos gente
con quien compartirlo,
cada noche
irán quedando
menos mañanas
en gijón.
pero más perros.
David González, de Sembrando hogueras ( Bartleby Editores, 2001 ).
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