viernes, 26 de septiembre de 2025

EL BARCO por RAMÓN GUERRERO




Cuando navego no voy a ninguna parte.
El tiempo hace el ridículo tomando copas,
se siente solo y lanza sus amarras al corazón
a la cabeza que cometió errores importantes.
Me pregunto por los golpes de timón
cuando el cielo está frente a mí
y el rayo enloquecido que nunca ha probado el amor
aúlla en mi cara galimatías
sobre las rocas del mar.
¿Hasta cuándo aguantarán entre las olas
las dulces mentiras que funden cristal y joyas?
Las gafas oscuras cansadas de la luz que brilla
hacen que el silencio se congele y la noche
se vuelva feroz y azul.

Ramón Guerrero


jueves, 25 de septiembre de 2025

ESA PEQUEÑA VÍBORA DISFRAZA DE DIOSA: Sonia San Román.




Contemplo las luces de terremoto como si fueran
auroras boreales, pero el suelo tiembla aún bajo mis
muslos (rugen cañones enemigos al otro lado del río).
Aquí espero sentada, a la orilla de la gran fisura, una
muerte honorable para mi vida indigna.
Me cuelgan las piernas sobre el acantilado, esas que
separarías con tus manos, y noto salir de él el aroma de
azufre y albahaca.
En realidad todo está contenido en el vacío.
También esas obstinadas ganas de arder en los 
rincones más fanáticos de nuestra memoria.
Toso y la luz parpadea.
Me pregunto si habrá muerto alguien al quebrar mi
garganta. Seguramente sea yo el cadáver, aunque
nunca tuve vocación de mártir.
Me quedo aquí contemplando el terremoto por si te
da por acercarte a este puente en llamas y cruzarlo
conmigo en el relámpago.

Sonia San Román, de Esa pequeña víbora disfrazada de diosa (Planeta Clandestino, 2025)


miércoles, 24 de septiembre de 2025

ÚLTIMAS REBAJAS por PABLO MALMIERCA



Por una Palestina libre.

Las niñas famélicas
torpedean el escaparate de los sueños,
pasamos sin interés
frente a carteles de rebajas.
Todo está en venta:
la ética,
la humanidad,
la muerte.
Últimas ofertas:
disfrute de una semana
en un resort de lujo en la costa de Gaza.
(Construimos sobre la fertilidad
capitalista de los muertos.)
La animalidad de la barbarie,
el asco de la humanidad esclerotizada.
La angustia por la muerte
se sustituye por la felicidad del saciado.
El hombre convertido en salvaje.
El odio mueve los tanques,
los obuses dilapidan
el escaso crédito de este mundo agonizante.
Todo está en venta.
¡Liquidación total!

Pablo Malmierca


martes, 23 de septiembre de 2025

EL DESENCANTO según FRANCISCO JOSÉ GONZÁLEZ



“En la infancia vivimos. Luego sobrevivimos” 

(Leopoldo María Panero en El Desencanto).

Los que suscribimos ese embriagador aire ácrata, decadente, maldito, junto a la implacable, dolorosa- aunque balsámica-lucidez alérgica a conatos romanticoides y a impostados discursos oficiales encorsetados en lo políticamente correcto, nos sentimos como en casa cada vez que visitamos a los Panero en esta espléndida cinta de culto no apta, claro está, para melindrosos, ofendiditos biempensantes aquejados de los más pueriles prejuicios, totalmente refractarios a todo lo que no condice con sus cerriles seseras. Recomendaría la película a las acríticas, indolentes y felices nuevas generaciones del selfie, el reguetón, los fetiches epidérmicos, de los “coachings” e “influencers” (huelga comentar el maquiavélico zeitgeist inherente a estos dos horrorosos anglicismos), de la patineta eléctrica, del gimnasio y de los inefables memes del TikTok de esta era del vacío si no fuera porque dudo mucho que-salvo alguna rara avis que pueda arrogarse un alma- sean capaces de soltar las pesas o alzar ,aunque sea solo cinco minutos, la vista de sus celulares para atender a otros asuntos de mayor enjundia y calado. Es mucho pedir en este último caso, está claro.

Mucho antes de la dinamitera irrupción de un Leopoldo María Panero que no deja títere con cabeza a mitad de la película, desmantelando- con sus invectivas incendiarias salpimentadas de cioranescas reflexiones- la edulcorada “leyenda oficial” de la familia, ya habíamos asistido a la tácita elocuencia (valga el oxímoron) que anuncia en sordina el terremoto de las verdades digamos “no oficiales” y que se puede apreciar en el meridiano contraste ( ya en los primeros compases del documental) por un lado, entre el pomposo panegírico a Leopoldo Panero (poeta oficial del Franquismo) declamado por Luis Rosales (poeta y amigo íntimo del homenajeado) con voz quebrada por la emoción, y por otro lado, la desafectada reacción de los asistentes. No tiene desperdicio ver tras el “pedestal” de Rosales a la banda de risueños y despreocupados músicos (esperando ellos también su inminente “performance”) intercambiando alguna chanza picarona y junto a ellos una troupe de traviesos y juguetones chiquillos que tampoco parecen muy interesados en esa plomiza y altiva laudatoria que enfrente tienen que soportar, sentados en toscas sillas de madera, estoicamente, cabizbajos y fastidiados, los tres hijos Panero (Juan Luis, Michi y Leopoldo), salvo la compungida viuda (Felicidad Blanc) que no se pierde un solo detalle del evento. Parece una escena del tándem Azcona/Berlanga.

A continuación veremos a Juan Luis -también en meridiano contraste con el pomposo panegírico de Rosales- declamar- con deliberada rimbombancia imbuida de cinismo- su laudatoria sui generis dedicada a un padre que no sale muy bien parado que digamos (ese padre “brutal, tiránico y alcohólico” como lo describirá más tarde el hijo Leopoldo María Panero).

Caen simpáticos los tres Panero hijos. Cultos, alcohólicos y vagos a más no poder. Michi regalándonos uno de los más hermosos y estremecedores epitafios embalsamados en celuloide (“No más Panero. Somos el fin de una estirpe...”), mientras el objetivo de Chávarri se aleja parsimoniosamente; El exquisito poeta loco (o dolorosamente lúcido mejor) desmitificador, genial y ácrata Leopoldo María Panero, sus anécdotas gamberras en la cárcel y el psiquiátrico y sus lúcidas soflamas incendiarias que demuelen convenciones de toda índole; El “paranoico” Juan Luis- como lo tilda su hermano Leopoldo-, dandy, esnob y fetichista (impagables esa Cruz de Calatrava, el puñal de Damasco y esas preciosas ediciones de Cernuda y Cavafis). No tan bien cae la nostálgica madre, Felicidad Blanc, esa “niña bien”, con su hablar tan correcto, tan literario como en el fondo edulcorado, impostado y vacuo. Qué repipi resulta a la hora de corregir la perra “parió” por el eufemismo “dio a luz” en la anécdota compartida con Michi.

Francisco José González


HOMENAJE A LUIS MIGUEL RABANAL

 


sábado, 20 de septiembre de 2025

HERIDA QUE SUPURA, RUTA QUE GRITA por JUANJO QUIÑONES




Hay cuadros que no se cuelgan: se escuchan.
Este no pide silencio, pide atención.

Es una cartografía del desgarro,
una ciudad interior trazada con gritos,
esquinas tachadas, cicatrices verbales y colores que escuecen.
Cada trazo negro es un “no”, un “basta”, un “por qué”.
Cada palabra escrita a mano parece salir de una boca invisible.

Los barrios no son geografía: son historia emocional.
Aquí están Villaverde, Usera, Carabanchel, Zarzaquemada...
dichos no como puntos en un mapa,
sino como heridas que aún no cerraron.

Y en medio, como un eco:
YA
Ya ocurrió. Ya estamos aquí. Ya no se puede fingir.

Esta obra no busca agradar: busca verdad.
La de quien vive con la tinta bajo la piel y la ciudad a flor de nervio.
La de quien aún quiere transformar la rabia en relato,
y el relato en conciencia.

Juanjo Quiñones


viernes, 19 de septiembre de 2025

CIUDADES QUE LLORAN por FRANCISCO ROJAS



Dicen que si te vas llora Madrid, que ya no sabe el mar de Asturias igual, que en la parte antigua grita San Jorge desconsolado. Que yo, dicen que yo, ando perdido por mi calle. Que en mi barrio saben que eres tú lo que me falta. Dicen que no te has ido; simplemente has dejado de necesitar aquellos sitios, aquellas gentes. Que has dejado de querer, dicen, ser lo que eras para nosotros. Y nosotros, sin lo indispensable, somos ciudades que lloran, sabores que le faltan al mar, desgarrada garganta de santo, locos de barrio. Aquellos recuerdos que aún viven en ti, aunque no nos necesites.

Francisco Rojas,
de Adiós a la Isla del Cielo
(Karawanzine, 2025)


jueves, 18 de septiembre de 2025

DETRÁS DEL GRITO, LO QUE EL FANTATERROR ESCONDE: Rocío Alés y Jorge González del Pozo.



A pesar de que en la actualidad la etiqueta Fantaterror funciona para hacer alusión al grueso del cine fantástico y de terror español desde sus orígenes hasta nuestros días, antes de que el concepto se desvirtuase y perdiera su sentido original, haría referencia a una serie de producciones enmarcadas en torno a unos límites cronológicos muy específicos: finales de los sesenta, hasta poco antes del inicio de la década de los ochenta. Así, en poco más de diez años, tendría cabida un experimento sin precedentes en la cinematografía española, caracterizado por una marcada preferencia por el horror gótico que tendría en la productora británica Hammer su principal fuente de inspiración, y se desmarcaría tanto en fondo como forma del naturalismo propio del cine español del momento.

EDITORES:

Rocío Alés es Doctora en Historia del Arte por la Universidad de Málaga. Profesora de Historia e investigadora que, bajo el seudónimo de MissTerror, divulga en redes sociales sobre el género de terror, el tatuaje y la fotografía.

Jorge González del Pozo es Catedrático de Filología Hispánica en la Universidad de Michigan-Dearborn y, además de tareas docentes, desarrolla crítica cultural enfocada en literatura, cómic, cultura popular y cine español e hispano.


miércoles, 17 de septiembre de 2025

4 POEMAS de JOSÉ MANUEL VARA




LA TORMENTA PERFECTA

Suenan truenos en la ciudad vieja,
como golpes en la puerta del sueño,
y los relámpagos cortan el cielo
como cortinas rotas
en una habitación vacía.

El viento arrastra hojas y susurros,
y yo me quedo sentado,
bebiendo la tormenta,
como si fuera la única compañía.

La noche se ilumina con destellos
que parecen jugar con mi miseria,
y pienso que incluso el caos
tiene su belleza rota,
como las botellas vacías 
en la esquina.
 
No hay calma en estos truenos,
solo la promesa
de un despertar roto,
pero en medio de la tormenta,
aquí sigo, siendo parte del trueno,
brillando en la oscuridad.


TODO ES MENTIRA

Todo es mentira
las risas, los sueños,
los besos que no significan nada,
las promesas que se olvidan con el sol.

Lo único real,
el miedo que aprieta el pecho,
la muerte que susurra en la oscuridad,
la soledad que se cuela en la almohada.

No hay verdad en las palabras,
solo en ese silencio que se vuelve grito,
en esa sombra que no se va,
en esa sensación de estar solo
en medio del ruido.

Todo lo demás, humo,
aire que se escapa entre los dedos,
ilusiones que se deshacen en la boca,
mentiras que crecen
como malas hierbas.

Pero en ese miedo,
en esa muerte que no podemos negar,
en esa soledad que nos acompaña,
sí, allí, allí hay algo que no miente.
Quizá sea la única cosa sincera:
el hecho de que somos frágiles,
que estamos condenados a la oscuridad,
y que en esa condena, al fin,
todo es verdad.


GIRASOLES EN EL BAR

En un rincón del bar,
un ramo de girasoles,
luz amarilla
que se derrama en la penumbra,
como una ilusión olvidada,
como un sueño barato,
que alguien dejó olvidado
entre tragos, risas y algunos llantos.

El olor a alcohol y a tierra seca,
el bullicio de voces que no escuchan,
y allí, entre vasos vacíos y cenizas,
los girasoles se aferran a su amarillo,
como si quisieran escapar de su mismos,
como si supieran
que en este mundo todo es pasajero,
menos el brillo de un rayo de sol
atrapado a desgana en un florero.

Un par de tipos discuten acerca de la vida,
pero sus palabras
se ahogan en la cerveza,
y el ramo, con su quietud, los observa,
testigo silencioso de noches
que no perdurarán en el recuerdo
de sueños que se desvanecen
en un trago más.

Y en ese rincón,
donde la sombra y la luz se enfrentan,
los girasoles parecen susurrar
historias que no se dicen,
de amores perdidos
y promesas rotas,
de días que nunca volverán
y noches que se vuelven eternas.

El tiempo se detiene
en su amarillo intenso,
como un recordatorio de que todo pasa,
pero, que incluso en la penumbra,
hay una chispa de esperanza,
una belleza efímera
que se aferra a la memoria,
como los últimos rayos de sol
en un horizonte lejano.

Y así, entre carcajadas que se apagan
y silencios que pesan,
los girasoles permanecen,
testigos mudos en silencio,
de un mundo que gira y gira,
pero que en su corazón,
lleva la esperanza de un amanecer
que aún no acaba de llegar.


EN LA ESQUINA DE LA NOCHE

En la esquina de la noche,
con un cigarro a punto de consumirse entre mis dedos,
mientras contemplo el eclipse de luna
que anunciaron en televisión,
busco el infinito en un trago de cerveza artesana,
y en el humo que se escapa y se pierde en el aire,
justo delante de mi cara.

Abrazar el tiempo, esa bestia que no para,
es como sujetar la arena con las manos,
intentas y se escapa, se escapa,
como el amor que muere en la distancia,
como el eco de una risa que se desvanece en el recuerdo.

El amor, esa añoranza que arde a fuego lento,
y que se cuela, sigilosa, entre las grietas del alma,
como un reloj sin pilas, sin sentido y sin manecillas,
que marca las horas en el silencio de la noche.

Y sigo, entonces, con el corazón roto,
buscando en cada rincón un suspiro,
una luz que me diga que todavía puedo soñar
con abrazar el infinito, aunque sea solo por un instante,
antes de que el tiempo me devore otra vez.


José Manuel Vara

sábado, 13 de septiembre de 2025

EL POEMARIO MÁS AMBICIOSO DEL LEONÉS VICENTE MUÑOZ ÁLVAREZ



Imagen de acrhivo del escritor leonés Vicente Muñoz Álvarez. | MARLUS LEÓN

El poemario más ambicioso del leonés
Vicente Muñoz Álvarez

El escritor ha sacado a la luz la obra ‘Hombre de mimbre’, un poemario que, publicado por la Editorial Páramo, recopila más de 25 años de la poesía de su autor

Camino Díez Llamazares, La Nueva Crónica 06/09/2025

«Hay quien acaba ocupando un lugar que no le gusta o donde no se identifica y hay quien ha trabajado ese espacio y eso que llamamos identidad desde la honestidad y la autenticidad absoluta. Ese es el caso de Vicente Muñoz Álvarez». Así lo indica el poeta y narrador Nacho Escuín como comentario a su publicación ‘Hombre de mimbre’.

Mientras tanto, el novelista José Ángel Barrueco apunta del autor que «constituye un ejemplo de lucha poética y de resistencia personal, de entrega sin condiciones y sin rendiciones a la literatura y a las combustiones que esta nos depara». De la recientemente publicada antología refleja por su parte que «nos vuelve a demostrar que estamos ante un poeta honesto y necesario, que huye de la falsedad, de las promesas de quienes se venden al circo editorial: alguien que, psicoanalizándose de continuo a sí mismo, nos enseña un espejo en el que también nos reflejamos muchos de nosotros. Pura vida, como él suele sostener».

Lo que el escritor natural de León refleja sobre el volumen publicado por Editorial Páramo es que es «el más importante de los muchos publicados hasta la fecha». Y es que ‘Hombre de mimbre’ recopila 26 años de la poesía Vicente Muñoz Álvarez. Son sus versos, escritos desde 1999 hasta 2025, los que protagonizan las 568 páginas de la publicación.

El poemario es el último en sumarse a una extensa trayectoria literaria compuesta por títulos como ‘Canciones de la gran deriva’, ‘Del fondo’, ‘Perro de lluvia’ y ‘Mi vida en la penumbra’, entre muchos otros. Todos bajo la firma de un escritor que también ha cultivado el ensayo (‘Películas para llevarse al infierno’ y ‘Películas que erizan la piel’, entre otros) y que edita el fanzine Vinalia Trippers.





viernes, 12 de septiembre de 2025

TRES POEMAS de CÁNCER por FELIPE J. PIÑEIRO




DEL AYER

“Llorar no es vergonzoso, del motivo no puedo decir lo mismo"

En la impotencia
hojas secas inundan los caminos,
crujidos secos de dolor y lamentaciones.
Imágenes de perros rabiosos,
pies sangrientos,
cerebro seco,
una mirada,
otro paso,
otro crujido de dolor y lamento.


DEL HOY

“Si no te importa lo que dicen, porqué insistes en escucharlo”

Mas vale solo…

De nuevo me encuentro entre el asfalto,
la gasolina y la soledad,
todo ello preñado de viejos olores.
Ya nadie observa las mariposas,
sus danzas y filigranas,
la tranquila canción de los pajarillos a la ribera de los ríos.
Ya nadie huele el verde del campo
y la madera de los altivos y majestuosos árboles,
sus crujidos de otoño
y sus hojas muertas entre la brisa,
hasta que en el suelo encuentran su cementerio.
Vida,
huelo la verdadera vida,
lejos de ruidos,
lejos de extraños,
lejos de todas esas monedas que tejen los traidores.


CÁNCER - OPUS SINISTRUM -

“Si quieres viajar hacia las estrellas no busques compañía”

El último viaje

Soy un adicto que viaja entre la miseria
sin posibilidad de redención,
caeré una y otra vez, pero seré inamovible,
al igual
que las verdes montañas defienden su lugar.
Paseo por el odio profundo
creado en el mar de la sangre,
del vicio y el desorden,
sólo soy uno más que nada como puede
hacia el polvo de estrellas,
pensando que así se curará este vacío
para recibir la iluminación.
Así, abrazaré la tranquilidad allá donde el corazón
cantará
hasta refugiarse de todo y de todos.


Felipe J. Piñeiro,
de Cáncer. Opus Sinistrum.
(Ediciones La Crítica, 2025)


jueves, 11 de septiembre de 2025

ADIÓS A LA ISLA DEL CIELO: Francisco Rojas.



Adiós a la Isla del Cielo es un viaje emocional por la memoria, la herida y el amor. Monfra escribe desde un abismo interior profundamente íntimo, pero con el corazón lleno de preguntas. Su voz es una mezcla de tortura y rabia, de lucidez poética y gruñido.

Este libro no persigue un único modelo estilístico. En él se alternan el lirismo, los textos en prosa, y revelaciones personales sobre el desarraigo, las inseguridades, la precariedad, el deseo de pertenecer y, sobre todo, la valentía para seguir siendo y seguir sintiendo.

Descubrimos en estas páginas belleza, sensibilidad y confidencias: infancia, aflicciones, noches largas, proyectos sin concluir y ciudades que ya no reconocen su nombre.

Monfra no escribe para entretenerte.

https://libreriadebolsillo.com/producto/adios-a-la-isla-del-cielo/


martes, 9 de septiembre de 2025

CÁNCER. OPUS SINISTRUM: Prólogo.




ENTRE EL ASFALTO, LA GASOLINA Y LA SOLEDAD


Reconozco, tengo que admitirlo, mi debilidad por el autor de este libro, Felipe J. Piñeiro, tanto a nivel humano como literario. Afinidad como persona, por su independencia y elegancia, dos cosas que valoro especialmente en cualquier individuo, y admiración por su obra, capaz de trascender de lo particular a lo universal, haciendo que el lector se identifique plenamente con ella.

Ya en 2014, hace ahora diez años (cómo pasa el tiempo), prologué El ladrón de sentimientos, su segundo poemario, haciendo hincapié en esa capacidad suya para hacernos encarnar sus versos, y vuelvo hoy a insistir en ello, porque me parece algo básico y necesario de cara al lector, y una premisa que, como poeta, he tenido siempre en cuenta: escribir sobre lo particular, intentando hacerlo universal, y transformar la experiencia propia en algo de todos.

No solo es cuestión, para mí al menos, de demostrar lo bien que uno escribe ni lo mucho que sabe y ha leído y vivido, sino de lograr que se identifiquen con tus versos los demás.

Esto es lo que yo pienso y opino, que por supuesto es cuestionable, pero que a mí al menos me sirve como faro y guía a la hora de escribir y decidir leer a unos u otros poetas. No me interesan ya, a estas alturas, los fuegos de artificio ni los ejercicios de estilo y de retórica, sino la poesía auténtica que me llega al corazón. Y la de Felipe J. Piñeiro, lo reconozco, siempre me lo atraviesa.

Más que nunca ahora, con este nuevo poemario, Cáncer, cuyo mero título, como diría Leopoldo María Panero, hace temblar el aire. Un libro nacido del dolor (de estar vivo) y la pérdida (del padre muerto), de la frustración y el desengaño, y un canto de cisne por lo que pudo haber sido y no fue (Suenan mis huesos como casa vieja / y quito importancia a esas canas / como pintura caída), que estremece y pone los pelos de punta, al tiempo que sorprende por su belleza y ferocidad.

Por no hablar ya del subtítulo, Opus Sinistrum, y la cita en latín que lo acompaña, Crucifixus in judiciis tuis, ego, qui nec credo in Deum, nec sum deus, ignosco tibi (Crucificado por vuestros juicios, yo, que ni soy un Dios, ni creo en ellos, os perdono), toda una declaración de intenciones y principios, que el que sepa leer entre líneas comprenderá.

Quizás convendría señalar al respecto que Felipe desapareció voluntariamente del mapa literario de esta ciudad (lejos de ruidos, / lejos de extraños, / lejos de todas esas monedas que tejen los / traidores), hoguera de las vanidades siempre encendida, hace ya mucho tiempo, puede que unos seis años, tras otros tantos de febril e incesante actividad mundana y poética, y que reaparece ahora con este desasosegante poemario/ajuste de cuentas, que dejará a muchos de los que lo conocen boquiabiertos.

Yo fui, me consta, uno de los pocos que durante todo ese tiempo supo de él y lo vio algunas veces, muy pocas, encaramado en su moto al más puro estilo Easy Rider (De nuevo me encuentro entre el asfalto, / la gasolina y la soledad), libre de versos y ataduras, buscando en la velocidad y la carretera su destino (todo ello muy beat) y huyendo del incesante diluvio de la tontería humana (que diría el bueno de Huysmans en Al revés). Y uno de los pocos, también, a los que él confió los motivos de su desaparición (son esas ventanas / las que me resguardan de vosotros, / es la distancia / la que obtiene mis días), harto de la fatuidad de los egos y cenáculos literarios.

Así que reencontrarme de nuevo con él en este libro, después de tantos años y una terrible pandemia, y estremecerme y maravillarme a la vez con sus versos, es para mí un motivo de celebración, por muy desoladores y siniestros que sean.

Por desgracia, como bien sabemos los poetas, la mejor poesía surge del dolor y los momentos duros, de la tristeza y la desesperación, de las pérdidas y las ausencias, y de eso habla mucho Felipe en este nuevo y tremendo poemario.

Suya, ahora, es la palabra: pasen y lean.

Vicente Muñoz Álvarez,
prólogo a Cáncer. Opus Sinistrum
de Felipe J. Piñeiro 
(Ediciones La Crítica, 2025)



lunes, 8 de septiembre de 2025

MERIENDA DE LETRAS por ANTONIO JAVIER FUENTES SORIA



Al entrar,
siempre suena el carillón
en esa pequeña librería.
Luego viene el ritual,
el saludo cortés de la librera
cuando paso delante del mostrador
para llegar a la habitación abovedada
del fondo.
Allí hojeo algunos libros.
Es siempre lo mismo,
eso parece.
Después, camino despacio hacia casa
ensimismado
o dichoso si es otoño y llueve
y duermen en el suelo esas hojas muertas
de un color marrón muy triste.

Antonio Javier Fuentes Soria


viernes, 5 de septiembre de 2025

HOMBRE DE MIMBRE. Antología poética (1999-2025): YA EN LAS LIBRERÍAS



Hay quien acaba ocupando un lugar que no le gusta o donde no se identifica y hay quien ha trabajado ese espacio y eso que llamamos identidad desde la honestidad y la autenticidad absoluta. Ese es el caso de Vicente Muñoz Álvarez.

Nacho Escuín

Vicente constituye un ejemplo de lucha poética y de resistencia personal, de entrega sin condiciones y sin rendiciones a la literatura y a las combustiones que ésta nos depara. La presente antología nos vuelve a demostrar que estamos ante un poeta honesto y necesario, que huye de la falsedad, de las promesas de quienes se venden al circo editorial: alguien que, psicoanalizándose de continuo a sí mismo, nos enseña un espejo en el que también nos reflejamos muchos de nosotros. Pura vida, como él suele sostener.

José Ángel Barrueco

Solicítalo en tu librería habitual
o en la web de la Editorial Páramo:


Booktrailer:


jueves, 4 de septiembre de 2025

TAN CERCANO EL MIEDO por PABLO OTERO



Se sienta
en una silla de madera
con el culo en el mimbre.
Apoya
sus codos en el hule descolorido
de una mesa renqueante.
Sus ojos
en una tele antigua
en blanco y negro.
Oye
en el corral, el silencio
de las gallinas de antaño.
En la bilbaina negra
ya están hechas las alubias
y la achicoria.
Está sola en el pueblo
y ya se conoce de memoria todos los caminos
las veredas, las esquinas,
las 15 casas vacías que quedan
las eras, los prados, el arroyo y la fuente de dos caños.
Conoce cada bodega
cada pollo de cada casa
y recuerda cientos de conversaciones
con las gentes que ya no están.
Se aburre
de inventar recuerdos.
solo desea poner la mente en blanco
y ya morirse.

Pero
es tan difícil
sin tan siquiera un perro al lado
igual de viejo
que le llore
y le recuerde.
Sin un enterrador
que le cubra
y le descanse.

es tanto el pudor
Y ESTÁ TAN CERCANO EL MIEDO

Pablo Otero


miércoles, 3 de septiembre de 2025

DIVINOS PALABROS: David Benedicte.



Colección de entrevistas, relatos, reportajes, presentaciones, 
prólogos, columnas de David Benedicte. 
Con prólogo y epílogo de Pepe Cueto.

 

martes, 2 de septiembre de 2025

INTERINO: Octavio Gómez Milián.



Una historia sobre un hijo que se convierte en padre. Sobre un padre que se convierte en abuelo. La sensación de sentir que estás ocupando el lugar de otra persona. Interino recorre los años ochenta y noventa, con sus tebeos y sus cromos de fútbol, su EGB y sus muñecos de Reyes. Interino es Zaragoza y deja de serlo. Interino es el cambio de siglo y las primeras décadas que lo acompañan. Interino es alguien que estudia y ama, que madura a kilómetros de su hogar, que escribe en noches sin ginebra y busca a un hijo invisible en mitad del amor. Interino es una novela sobre la muerte y la enfermedad, sobre el miedo a perder a un padre, sobre perder amigos. Interino es Ateca y Soria, el silencio y las matemáticas. Es, sobre todo, una frontera recorrida por alguien que vive sin libro de instrucciones.