martes, 23 de septiembre de 2025

EL DESENCANTO según FRANCISCO JOSÉ GONZÁLEZ



“En la infancia vivimos. Luego sobrevivimos” 

(Leopoldo María Panero en El Desencanto).

Los que suscribimos ese embriagador aire ácrata, decadente, maldito, junto a la implacable, dolorosa- aunque balsámica-lucidez alérgica a conatos romanticoides y a impostados discursos oficiales encorsetados en lo políticamente correcto, nos sentimos como en casa cada vez que visitamos a los Panero en esta espléndida cinta de culto no apta, claro está, para melindrosos, ofendiditos biempensantes aquejados de los más pueriles prejuicios, totalmente refractarios a todo lo que no condice con sus cerriles seseras. Recomendaría la película a las acríticas, indolentes y felices nuevas generaciones del selfie, el reguetón, los fetiches epidérmicos, de los “coachings” e “influencers” (huelga comentar el maquiavélico zeitgeist inherente a estos dos horrorosos anglicismos), de la patineta eléctrica, del gimnasio y de los inefables memes del TikTok de esta era del vacío si no fuera porque dudo mucho que-salvo alguna rara avis que pueda arrogarse un alma- sean capaces de soltar las pesas o alzar ,aunque sea solo cinco minutos, la vista de sus celulares para atender a otros asuntos de mayor enjundia y calado. Es mucho pedir en este último caso, está claro.

Mucho antes de la dinamitera irrupción de un Leopoldo María Panero que no deja títere con cabeza a mitad de la película, desmantelando- con sus invectivas incendiarias salpimentadas de cioranescas reflexiones- la edulcorada “leyenda oficial” de la familia, ya habíamos asistido a la tácita elocuencia (valga el oxímoron) que anuncia en sordina el terremoto de las verdades digamos “no oficiales” y que se puede apreciar en el meridiano contraste ( ya en los primeros compases del documental) por un lado, entre el pomposo panegírico a Leopoldo Panero (poeta oficial del Franquismo) declamado por Luis Rosales (poeta y amigo íntimo del homenajeado) con voz quebrada por la emoción, y por otro lado, la desafectada reacción de los asistentes. No tiene desperdicio ver tras el “pedestal” de Rosales a la banda de risueños y despreocupados músicos (esperando ellos también su inminente “performance”) intercambiando alguna chanza picarona y junto a ellos una troupe de traviesos y juguetones chiquillos que tampoco parecen muy interesados en esa plomiza y altiva laudatoria que enfrente tienen que soportar, sentados en toscas sillas de madera, estoicamente, cabizbajos y fastidiados, los tres hijos Panero (Juan Luis, Michi y Leopoldo), salvo la compungida viuda (Felicidad Blanc) que no se pierde un solo detalle del evento. Parece una escena del tándem Azcona/Berlanga.

A continuación veremos a Juan Luis -también en meridiano contraste con el pomposo panegírico de Rosales- declamar- con deliberada rimbombancia imbuida de cinismo- su laudatoria sui generis dedicada a un padre que no sale muy bien parado que digamos (ese padre “brutal, tiránico y alcohólico” como lo describirá más tarde el hijo Leopoldo María Panero).

Caen simpáticos los tres Panero hijos. Cultos, alcohólicos y vagos a más no poder. Michi regalándonos uno de los más hermosos y estremecedores epitafios embalsamados en celuloide (“No más Panero. Somos el fin de una estirpe...”), mientras el objetivo de Chávarri se aleja parsimoniosamente; El exquisito poeta loco (o dolorosamente lúcido mejor) desmitificador, genial y ácrata Leopoldo María Panero, sus anécdotas gamberras en la cárcel y el psiquiátrico y sus lúcidas soflamas incendiarias que demuelen convenciones de toda índole; El “paranoico” Juan Luis- como lo tilda su hermano Leopoldo-, dandy, esnob y fetichista (impagables esa Cruz de Calatrava, el puñal de Damasco y esas preciosas ediciones de Cernuda y Cavafis). No tan bien cae la nostálgica madre, Felicidad Blanc, esa “niña bien”, con su hablar tan correcto, tan literario como en el fondo edulcorado, impostado y vacuo. Qué repipi resulta a la hora de corregir la perra “parió” por el eufemismo “dio a luz” en la anécdota compartida con Michi.

Francisco José González


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