(Roberto Bolaño)
No creas que estoy loco
Si te digo
Que me he acordado de ti
En un jacuzzi
De esos que hay en los clubes
Con rubia dentro
Como la de tu revista
La que pasó por las manos
de toda la clase
Y nos quitó Modesta
la misionera
que había conocido a Ellacuría
y a Cardenal
que había sido modelo
o eso decía
la tarde que acabó Falcon Crest
No os da vergüenza
Y no quiso hojearla siquiera
Nos expulsaron a ambos
Y Alicia nos miraba en su despacho
Torciendo la boca y fingiendo
como la rubia
No os da vergüenza
como quien mira a unos salvajes
Si lo veo por el acné
No os da vergüenza
piensa en sus padres
cómo deben sufrir
al verla así
Y así la imaginaba yo
Mojada en el jacuzzi
Simonetta escapada entre espumas
del pincel de Botticelli
Ofreciéndome el venero en llamas de su sexo
Como nácar sacramento de su altar pagano
El vello rojizo de su pubis terciopelo
El breve frunce de su ano
O la tímida redondez de sus dos senos
Ahí es donde falla
le faltan tetas
Con la beatífica sonrisa de quien se entrega
inconsciente
A un rito al sacrificio cruento
De matar al niño en su inocencia
Y no pude evitar una erección
Y sentí cómo mi rostro se encendía
Y el calor del bofetón que me esperaba en casa
Sin Spectrum hasta el día de las notas
Y a ver si no suspendes
No os da vergüenza
Desde entonces repetías
Que teníamos que encontrarla un día
Y hacérnoslo con ella en un jacuzzi
Como en la revista
tu revista
Donde todas muy pintadas sonreían
Qué felices qué doradas
adoradas
Diosas de cándida voracidad
acaparadoras
sedientas
filántropas convencidas
Ahora sé que eran fingidas
Esas estúpidas caras maquilladas
Perladas de semen
emborronadas
de rouge y rímel
Como es fingido
El falso lujo en raso y capiteles
Los jades de este jacuzzi que imita al mármol
De un templo de bacantes sin papeles
Ménades danzando a la espera
De un cuerpo que las frene apenas
un instante
Como mariposas de seda que arrastran aún sus hilos de oro
En el momento previo al de la muerte
Que han tejido las Parcas como red de Aracne
Qué diferente es todo
A como lo habíamos imaginado
Antes de saber que la vida era
Una sucesión de renuncias
Casi nunca voluntarias
Casi siempre impuestas
Tú no pudiste encontrarla
Llegó primero ella
pero llegó pura
como en el verso de Juan Ramón
que recitaste en clase
y te invitó a su baile
y fuiste a recogerla
y como pasa siempre
que el amor es para siempre
se te olvidó contarlo
egoístamente
y ya la amas como un niño
Yo la he seguido buscando
Pero me temo
Que no era rubia la rubia
ni era feliz
no sé con qué ropajes
o sin ninguno
ni esperaba Dánae la lluvia blanca
en su jacuzzi
Y que Alicia tenía razón
Y que me duele la cabeza
y mucho la espalda
Y que me quiero ir a mi casa
o a tu casa
la de tu abuela
En el verano de la alberca
En el patio de sombra y cal del limonero
Metidos en la pila de lavar
ahogando avispas
Que como yo ahora intentaban
En la inminencia inútil de la nada
Clavar el aguijón en cualquier parte
Que teníamos que encontrarla un día
Y hacérnoslo con ella en un jacuzzi
Como en la revista
tu revista
Donde todas muy pintadas sonreían
Qué felices qué doradas
adoradas
Diosas de cándida voracidad
acaparadoras
sedientas
filántropas convencidas
Ahora sé que eran fingidas
Esas estúpidas caras maquilladas
Perladas de semen
emborronadas
de rouge y rímel
Como es fingido
El falso lujo en raso y capiteles
Los jades de este jacuzzi que imita al mármol
De un templo de bacantes sin papeles
Ménades danzando a la espera
De un cuerpo que las frene apenas
un instante
Como mariposas de seda que arrastran aún sus hilos de oro
En el momento previo al de la muerte
Que han tejido las Parcas como red de Aracne
Qué diferente es todo
A como lo habíamos imaginado
Antes de saber que la vida era
Una sucesión de renuncias
Casi nunca voluntarias
Casi siempre impuestas
Tú no pudiste encontrarla
Llegó primero ella
pero llegó pura
como en el verso de Juan Ramón
que recitaste en clase
y te invitó a su baile
y fuiste a recogerla
y como pasa siempre
que el amor es para siempre
se te olvidó contarlo
egoístamente
y ya la amas como un niño
Yo la he seguido buscando
Pero me temo
Que no era rubia la rubia
ni era feliz
no sé con qué ropajes
o sin ninguno
ni esperaba Dánae la lluvia blanca
en su jacuzzi
Y que Alicia tenía razón
Y que me duele la cabeza
y mucho la espalda
Y que me quiero ir a mi casa
o a tu casa
la de tu abuela
En el verano de la alberca
En el patio de sombra y cal del limonero
Metidos en la pila de lavar
ahogando avispas
Que como yo ahora intentaban
En la inminencia inútil de la nada
Clavar el aguijón en cualquier parte
Marcos Matacana, del blog Ínfula Barataria.
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