(...) sentarse a esperar
en el edificio abandonado
el inicio de la demolición
al cruzar el otro lado
inhalar el fulgor negro de los escombros
y cerrar los ojos
para recordar la ternura
con que los seres unicelulares
se aman asustados bajo la tierra...
Roberto Ruiz Antúnez
No hay comentarios:
Publicar un comentario