atrapados,
komo la espera y la incertidumbre kreciente,
komo el intento último de medir las tierras.
K. sueña
kon Bürgel tras la puerta cerrada,
kon la kongoja seka en la garganta ataskada,
la alienación desesperante y kaótica,
la burokracia que absorbe la lógika humana.
K. se inquieta
sin saber si kedar kieto
o dar hacia delante un paso,
sin saber si existir en el tiempo
en la mente atrapado
de Kafka,
en la extinta mente,
si el absurdo de la razón keda apresado
en la sinékdoque de la memoria blanca.
K. traga saliva en la luz eskiva de la tarde
kon todo el peso del mundo koncentrado en un vaso.
José G.Cordonié, de La Hermética Furibunda.
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