Para Lolo
Tú venías del norte
fuego pelotas de goma incomprensión
y yo del sur,
más allá de los mares frontera.
Vivimos juntos las noches del Edén
el Penta Penélope Pachá,
colores y psicodélia
rastas y meditación
aceites de flores destilados
en buhardillas cochambrosas,
dosificación y reparto del hachís.
Huimos a las montañas
cuando el hambre
nos mordía
los tobillos,
cuando la detención
y el talego
y tú, puta por mí
y es que ya habíamos probado el aguijón.
Yo primero, era una costumbre,
por si la cosa
no era de calidad.
En realidad era un jodido egoísta,
pero tú lo sabías perdonar
haciéndome prometer que alguna vez
sería al revés.
Regresamos al poblado,
y nos convertimos en esqueletos con piel,
todas las horas del día
pensando en dar de comer
a la amante
que nos poseía.
Nos convertimos en caracoles,
siempre arrastrando nuestro cubo
de basura verde con ruedas
en el que guardábamos
nuestras mierdas
y en el que por la noche
juntos
pretendíamos dormir.
Nos convertimos en perros guardianes,
desdentados y afónicos galgos,
vigías del aire enrarecido
y de las sensaciones extrañas
que emanaban alrededor del poblado.
Y compartimos cuchara y aguja
para cenar las micras que pagaban
nuestro trabajo de búho.
La chuta del hambre
que siempre genera pesadillas
y estreñimiento.
Fuimos los últimos
en esto del caballo y,
como me hiciste prometer,
hoy bombeo tu sangre
dentro de mí
por última vez,
aunque tu sangre
ya esté
fría.
Esteban Gutiérrez Gómez
http://bacovicious.blogspot.com/
1 comentario:
No te pongas así...
Cobain.
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