Tú estarías en Blanco o en Zara.
Yo, mirando tonterías en la librería de abajo
y el niño consumiría su ticket de una hora
en la zona de ocio, dentro del parque infantil.
Era lo acostumbrado.
Los demás, todos y cada uno de ellos, nos daban lo mismo e igual nos sentiríamos en el auditorio ante tres millones de esas mismas sustancias. Mientras llegábamos al punto de encuentro, previamente pactado, esquivaríamos sus sombras, concediéndoles sólo ese tipo de importancia.
Luego dirías que hace falta leche
también unas latas de atún, decía la nota.
Bien, el Mercadona nos pilla de paso
como tantas otras cosas.
Ángel González González, inédito.
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