Me puse la música más triste
para destrozarme.
para destrozarme.
Busqué voces rotas,
abatidas,
desoladas
que me lo recordasen.
abatidas,
desoladas
que me lo recordasen.
Dicen que no es bueno,
que hay que reír,
alegrarse,
obligarse a ser feliz.
que hay que reír,
alegrarse,
obligarse a ser feliz.
Pero no me jodas,
a la vida nadie la obliga
a putearte,
nadie la dice
que cambie la canción,
que llevamos mucho rato
escuchando
la misma melodía.
a la vida nadie la obliga
a putearte,
nadie la dice
que cambie la canción,
que llevamos mucho rato
escuchando
la misma melodía.
Por eso,
si me apetece girarme y llorar,
cabrearme
o dar un puñetazo a la mesa,
lo voy a hacer.
si me apetece girarme y llorar,
cabrearme
o dar un puñetazo a la mesa,
lo voy a hacer.
Es la rabia acumulada,
aquella que no puedo arrancarme
ni compartir
aquella que no puedo arrancarme
ni compartir
con nadie.
Javier Das, del poemario Lo que queda en la mirada.
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