jueves, 7 de febrero de 2008

LA RUBIA DEL BAR


Poco a poco voy consiguiendo (y leyendo) los libros de Raúl Núñez. Dicen que hizo realismo sucio y que fue el pionero en España. Pero su realismo sucio tiene algo de poético, incluso de romántico. Un buen ejemplo es esta historia, escrita con fluidez, en la que el protagonista, Mario, es un hombre hastiado de su matrimonio que ha dejado su empleo para intentar convertirse en escritor. Deambula por tugurios nocturnos. Bebe y se amarga. Ahogando sus penas en un bar, conoce a una rubia. Prostituta. Se enamora de ella y pierde la cabeza. Su vida, entonces, vuelve a tener un sentido. Hasta que vuelvan a herirle. Este fragmento de la novela es un buen ejemplo del estilo de Núñez:
Era el jodido día de mi cumpleaños. Nunca me habían gustado aquellos días. Hacía cuarenta años que estaba en el mundo. No había conseguido demasiado. Estaba casado con una mujer que me pegaba con la escoba en la frente. Tenía unas cuantas libretas llenas de relatos que no había podido terminar. Estaba engordando. De no ser por Marta hubiera cogido una trompa salvaje en la barra de cualquier bar barato.

José Ángel Barrueco, extraído del blog Escrito en el viento.

Como ya hemos apuntado más de una vez en este blog, Raúl Núñez es una de nuestras referencias incuestionables y uno de los autores bandera de nuestra antología/homenaje a Henry Chinaski. Tenerlo con nosotros en Hankover ( gracias al hermano David G. ) es, sin duda, un gran honor satánico. Arriba, unas palabras de José Ángel Barrueco sobre La rubia del bar. v.

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