sábado, 27 de diciembre de 2025

TINIEBLAS



Otra estupenda película que se merece y es justo desempolvar: Tinieblas (The Man Who Haunted Himself, 1970), de Basil Dearden, basada en una novela de Anthony Armstrong (The strange case of Mr. Pelham), que aborda de una manera muy inquietante la figura del doble o doppelgänger.

Desde Los elixires del diablo, de E.T.A. Hoffmann, al William Willson de Poe, pasando por El retrato de Dorian Gray de Wilde o El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde de Stevenson, por citar algunos de los ejemplos más conocidos, el doble en la literatura es un tema recurrente, que explora la dualidad del ser humano, su lado luminoso y oscuro y esa capacidad de ser ángel o diablo al mismo tiempo.

En esta película es el actor británico Roger Moore, como anillo al dedo para la ocasión, quien sufre las consecuencias de ese desdoblamiento tras un fatídico accidente automovilístico, sumergiéndonos en una angustiosa espiral de sospechas y persecuciones, intrigas y desencuentros, un juego del gato y el ratón que nos mantiene en vilo hasta un sorprendente y epatante final.

Con una magnífica fotografía y banda sonora, unas interpretaciones de lujo (además de la de Roger Moore, en uno de sus mejores papeles, las de los secundarios Freddie Jones, siempre histriónico e hiperbólico, y Olga Georges-Picot, la musa de Alain Resnais) y una deliciosa estética setentera, este thriller psicológico, kafkiano y estremecedor donde los haya, se merece por méritos propios ser rescatado del olvido.

Aunque ya Hitchcock había adaptado en 1955 la novela de Anthony Armstrong a la televisión en un capítulo de la serie Alfred Hitchcock Presenta, la versión ampliada de Basil Dearden es una muy disfrutable y fascinante cult movie, que hará las delicias de los amantes del cine de suspense y la cultura pop.

Vicente Muñoz Álvarez

miércoles, 24 de diciembre de 2025

FELIZ NAVIDAD

SILENCIO: Pepe Pereza.



Pepe, un joven escritor, se enfrenta a su ópera prima. Busca vivir de las letras en un piso que se cae de viejo, sin agua caliente ni calefacción pero que le han dejado gratis. Para ello deberá enfrentarse a obstáculos como las drogas, el sueño, y también, en cierta forma, el hartazgo y la consciencia de la derrota que todo peón lleva consigo desde el nacimiento.

Silencio es la última versión, aumentada y reformada, de la novela anteriormente publicada como Se ruega silencio.

*

Pepe Pereza. En 2012 publicó su primer libro de relatos: Relatos del humo (y hachís), con la Editorial Origami. Dos años más tarde Esquinas, con Ediciones Lupercalia. En 2015 se estrenó con su primera novela, Se ruega silencio, también con Ediciones Lupercalia. En 2019 volvió a los relatos con A pesar del frío, publicado por Canalla Ediciones, al que siguió en 2023, La química del color, con Aloha Editorial. Además ha colaborado en una docena de antologías y ha sido guionista en varios cortometrajes.


martes, 23 de diciembre de 2025

DICCIONARIO DE LAS ESTRELLAS: Susana Barragués.



Diccionario de las Estrellas es una obra profundamente original, inclasificable, que exige del lector una actitud constante de apertura y asombro, a la manera de Borges, que buscaba el asombro donde otros encontraban solamente costumbre.

Al cerrar el libro, es posible que el lector experimente algo parecido a lo que William Blake llamaba, más allá de la razón y el pensamiento convencional, «las puertas de la percepción», una ampliación de la mirada, una limpieza de las ventanas del alma para vislumbrar lo sagrado oculto en lo cotidiano, en lo banal. Las definiciones imposibles de este diccionario nos invitan a percibir el mundo como un gran misterio ininteligible, un texto cifrado por deidades antiguas o el azar cósmico.

Diccionario de las Estrellas consigue algo que pocas obras escritas en tiempos de palabras vacías y desgastadas logran: reconciliar la erudición con la poesía y la razón analítica con la imaginación desbordada. Y acaso, tras recorrer este firmamento de palabras, experimentemos nuestra propia metamorfosis, la de quien vuelve la vista atrás, hacia la vida cotidiana, y descubre que nada es solo lo que percibimos cuando uno ha aprendido, al fin, a leer las estrellas.

Miriam López Santos


sábado, 20 de diciembre de 2025

ESCRIBIR PARA SEGUIR VIVO: VICENTE MUÑOZ ÁLVAREZ Y EL NUEVO REALISMO



El límite espacio temporal de la narrativa posmoderna, estético o paisajístico, según se quiera indagar o depende cuál sea la dirección de la mirada, está ineludiblemente ligada a una experiencia real. Quizá deberíamos insistir, incluso, en la idea de que lo real, lo experiencial, aquello que deviene de lo ya vivido por el autor es la esencia de la narración posmoderna. Cada una de estas palabras es siempre discutida por aquellos que no creen del todo en este concepto teórico y abre a la propia experiencia la aceptación de la del autor, generando así un requerimiento subjetivo y libre en el campo de la teoría literaria.

Esta experiencia contará para algunos con el concepto de lo real o de lo verosímil de forma muy precaria, pero quizá como sentencia Brian McHale (1988) hay que asumir que el presupuesto de lo real lo sea para quien alcance un acuerdo con los términos básicos que definen a la posmodernidad:

We do not claim that our story is “true” […], but only that our story is useful and interesting to a particular audience. To escape the general posmodernist incredulity toward metanarratives it is only necessary that we regard our own metanarrative incredulously, in a certain sense, profferin it tentatively or provisionally, as no more tan a convenient or satisfying, i the key of “as if”. (McHale, 1988:20)

Este margen para la interpretación que genera el halo de la posmodernidad es siempre amplio y laxo, caótico y libre también y pone en jaque los presupuestos teóricos y estéticos anteriores, esos que producen nostalgia a los estudiosos que admiran las etiquetas y los compartimentos estancos para determinar lo que debe o no formar parte de su historia de la literatura y su canon.

De tal forma, trazar una línea de trabajo vinculada a un autor que es al cien por cien un hijo de la posmodernidad por concreción temporal y convencimiento absoluto, generará siempre un hipervínculo entre la vida y la obra, y una relación estrecha entre estos dos conceptos. Así pues, como la propia vida, la trayectoria literaria estará gobernada por la impredecibilidad, la paradoja y las variaciones propias de una vida. En palabras de Lozano (2007:13): “Más allá de una teoría separada de la vida, la posmodernidad es la experiencia cotidiana del mundo en que vivimos, nuestro día a día”.

Y además de cotidiana es urbana. Esta afirmación debe matizarse pues no se trata de un concepto urbano como el heredado del s. XIX, en realidad va más allá pues habla de la democratización cultural y la fragmentación. Esa nueva urbe desde la que proyecta el autor puede estar ya ubicada casi en cualquier lugar del mundo y desde el mismo escribe y lanza proyectos para el resto de las urbes, para el resto de la sociedad. En ese paradigma de posmodernidad hiper tecnologizado se mueve el creador y hacedor de proyectos con libertad, allá donde sea su casa, y en este caso es la ciudad de León.

Amendola siguiendo los preceptos de Vattimo, Lyotard y Jameson señala el siguiente listado de rasgos definitorios:

Características constantes de la experiencia urbana postmoderna son: indeterminación (ambigüedad, indeterminación y fracturas); fragmentación (la ruptura de los metarrelatos, la valoración de las diferencias, la fragmentación, el patchwork y el bricolage proyectual); decanonización (deslegitimación masiva de los códigos y las convenciones, los metalenguajes, la desmitificación y el “parricidio de masas” subversión y revuelta); crisis del yo y falta de profundidad (la identidad como problema y la difusión de identidades ligeras y cambiantes); hedonismo y búsqueda de la belleza como valor difundido); valoración de lo impresentable y de lo no representable; ironía, hibridación; parodia, travestismo, pastiche (la reducción del pasado al presente y la reproposición de la equitemporalidad heideggeriana en clave irónica y posmoderna); carnavalización (la vida como juego, el antifaz y la fiesta); protagonismo y participación (la ciudad como work in progress abierto a los significados de cada uno); subjetivismo (la primacía de la construcción individual, el individuo partidario de sí mismo, coexistencia de diversas hipótesis, incluso en conflicto, del mundo); casualidad y estocástica (caída de la previsibilidad y de la predeterminación, primacía de la casualidad y de la probabilidad). (Amendola, 1997:71-72)

Vicente Muñoz Álvarez (León, 1966) es uno de los principales autores vinculados con el nuevo realismo en España, esa ramificación del realismo que se ha expandido en el contexto posmoderno con total libertad. Ha desarrollado desde hace más de veinte años una obra sólida vinculada siempre a la autobiografía, los géneros vinculados al yo y una vinculación real con su ciudad y su paisaje.1

Fundador de importantes publicaciones (desde 1996) como el fanzine Vinalia Trippers, cabeza del movimiento contracultural de los años noventa y el primer espacio en el que publicaron autores tan significativos como David González o Miriam Reyes, es autor de poemarios como Canciones de la gran deriva (Ateneo Obrero de Gijón, 1999 /// Origami, 2012), Privado (Baile del Sol, 2005), Estación del frío (Eds. del 4 de agosto), Días de ruta (Ediciones Lupercalia, 2014) o Haga lo que haga en la tierra (Canalla ediciones, 2020) y de volúmenes de narrativa como Monstruos y prodigios (Amargord, 2007), El pueblo oscuro (Premio Letras Jóvenes de Castilla y León, 1995), Perro de la lluvia (Iralka, 1997), Los que vienen detrás (DVD ediciones, 2002), El merodeador (Baile del sol, 2007) o Travesía (Chamán Ediciones, 2018). Es también autor de los ensayos El tiempo de los asesinos (Iralka, 1998), Cult Movies: Películas para la penumbra (Excodra, 2015) o Películas que erizan la piel (Canalla Ediciones, 2019).

Además, ha realizado antologías nacionales temáticas como Golpes, ficciones de la crueldad social, con Eloy Fernández Porta (DVD ediciones, 2004), Hank Over: Resaca. Un homenaje a Charles Bukowski, con Patxi Irurzun (Caballo de Troya/Random House Mondadori, 2008), 23 Pandoras: Poesía alternativa española (Baile del sol, 2009) o Beatitud: Visiones de la Beat Generation (Baladí, 2011).

La propuesta teórica que aquí se presenta pretende establecer un itinerario real del autor a través de su trayectoria y las vinculaciones de las misma con su comunidad autónoma y su ciudad. Por lo tanto, esta podría vincularse tanto al área de la escritura autobiográfica y memorialística como al complejo espacio de las relaciones entre vida y literatura en la producción literaria en el s. XXI.

Hay tres hitos temáticos referenciales en la carrera literaria de Vicente Muñoz Álvarez, a saber: Charles Bukowski, la beat generation y el pulp. La afinidad del escritor leonés con la obra de Charles Bukowski va más allá de algunos temas comunes dentro de su propia obra o guiños directos a algunos de sus relatos y escrituras diarísticas. De hecho, encabezó un trabajo coral junto al escritor navarro Patxi Irurzun, editado por Caballo de Troya titulado Hank Over con la participación de los autores Eva Vaz, Hernán Migoya, Miquel Silvestre, Raúl Núñez, Vicente Luis Mora, David González, Sergi Puertas, Alfonso Xen. Rabanal, Karmelo Iribarren, José Angel Barrueco, José Daniel Espejo Balanza, Vicente Muñoz Álvarez, Lluís Pons Mora, Javier Marroquín, Agustín Fernández Mallo, Josu Arteaga, Pablo Casares, Kike Babas, Kike Turrón, Pablo G. Bao, Ignacio Escuín Borao, Ana Pérez Cañamares, Kutxi Romero, José Manuel Vara, Lucas Rodríguez Luis, David Murders, Manuel Vilas, Roxana Popelka, Sofía Castañón, Sor Kampana, Angel Petisme, Salvador Gutiérrez Solís, Nacho Abad, Safrika, Patxi Irurzun, Abel Debritto, Eloy Fernández Porta.2

En esa alineación, además de la destacada presencia de teóricos de la posmodernidad (Fernández Porta) y de escritores que han construido una estética distinta (los “nocilla” Gutiérrez Solís o Fernández Mallo) o que han hecho de la autobiografía de ficción su sello de identidad (como Manuel Vilas), le acompaña el también leonés3 Alfonso Xen Rabanal, un autor que es crucial en la trayectoria de Muñoz Álvarez por la creación de su fanzine Vinalia Trippers.

Hay una fascinación hacia el Bukowski contracultural por parte de Muñoz Álvarez. Esa idealización de la estética se puede explicar como base creativa bajo el filtro de la posmodernidad y sus herramientas, como “la anulación de la frontera entre alta y baja cultura que se realiza mediante el eclecticismo de cine negro y ciencia ficción con estética publicitaria y diseño de cómic” (Lozano, 2007:13). Lo contracultural será el punto de partida no solo como estética sino también como modo de vida, una versión contraria al escritor profesional entendido en su percepción tradicional, mucho más cercano a ese Bukowski que era cartero y escribía y que se representa en Vicente Muñoz y su oficio de representante de calzado4 en las carreteras que parten de León hacia la zona noroeste de España.

HASTÍO

2 meses después
de haber comenzado la ruta

el hastío

se apodera de mí
harto ya de la crisis
de tantas quejas
problemas cobros
maletas zapatos
menús baratos

solo una palabra
en letras de neón
brilla en mi mente

TERMINAR

y que Fortuna
luego
reparta suerte

(Muñoz Álvarez, 2014:52)

La fascinación por la beat generation quizá nace del mismo lugar, de lo contracultural y de la creación que nace de la mayor libertad. En su homenaje a esta generación la crítica destacaba la crítica lo siguiente:

De ello, de la influencia de aquellos alucinados escritores, quizás los últimos rebeldes y bohemios auténticos de la Literatura, quiere dar testimonio Beatitud (visiones de la beat generation), un libro donde 33 autores, de diferentes edades y nacionalidades, escriben sobre la manera en que poemas como Aullido, o novelas como En el camino, Los vagabundos del Dharma o El almuerzo desnudo condicionaron su pensamiento y, en varios de los casos, su forma de vida, sobre la base del viaje, de la búsqueda continua de no se sabe muy bien qué, pero en todo caso al margen de lo fácil y de lo establecido, de la sensibilidad y las reglas comunes, tanto vitales como estéticas. (Baquero, 2001)5

En esta ocasión la nómina de autores estuvo compuesta por Carla Badillo Coronado, Patxi Irurzun, Ana Pérez Cañamares, Joaquín Juan Penalva, José Ángel Barrueco, Carmen Beltrán, Uberto Stabile, David González, Carmen Camacho, Miquel Silvestre, Raúl García, Sergio Gaspar, Safrika, Nacho Abad, David Mardaras, Mario Crespo, Roxana Popelka, Eduardo Almiñana, Octavio Gómez Milián, Estelle Talavera Baudet, David Mayor, Pepe Pereza, Almudena Vidorreta, Lucas Rodríguez, Inma Luna, Diego Urizarna, Alfonso Xen Rabanal, Pablo Casares, Sonia San Román, Eloy Fernández Porta, Déborah Vukušić, Vicente Muñoz Álvarez. Muchos de ellos ya habían aparecido en otros proyectos vinculados a Muñoz Álvarez, pero en este caso destaca la convivencia intergeneracional, lo que el escritor leonés siempre ha llamado “la tripulación”, vinculado a su sello Vinalia Trippers y al concepto de independencia y libertad.

No es casual pues esa fascinación por los escritores que no se atan a las modas o los paradigmas más tradicionales de la cultura. La propuesta que defiende Muñoz Álvarez comparte el espíritu “on the road” de Kerouak y esa necesidad de ser absolutamente distintos a las propuestas más formales o más ancladas a la tradición literaria. La propuesta contracultural que se ejemplifica en las dos referencias mencionadas se verá además reforzada por la fascinación por los géneros vinculados siempre al cine de serie B, como el Pulp.

Esos ingredientes suponen la esencia del estilo del escritor leonés. Es sentimental siempre y duro al mismo tiempo, es rebelde desde la absoluta independencia dentro del sector del libro y su vinculación eterna a sellos editoriales pequeños, indies, undergrounds o emergentes. No se presenta a premios convocados por importantes editoriales e instituciones públicas, tampoco forma parte de alguna de las alineaciones habituales de los núcleos poéticos adscritos a las denominadas poéticas críticas o de la conciencia, y no es deudor de nada ni de nadie salvo de su propia obra, su propia ruta, su manera de entender la vida y la literatura.

Es reflejo de su propia vida y de la reconstrucción de la misma, como señala Julio César Álvarez en el prólogo a Regresiones (2015):

Mirar atrás y recrearse en los detalles. Con una mirada lúcida y tierna, donde no hay que demostrar absolutamente nada a nadie. “vive tu memoria y asómbrate”, afirmación rotunda de Jack Kerouac que Vicente Muñoz Álvarez hace suya aquí como dogma de fe, empeñado, ya desde sus primeras obras, en desenredar la propia vida como una gran maraña de lana, dejándonos presenciar la faena con curiosidad voyeur. Un atractivo tira y afloja con la memoria selectiva, los afectos personales y las distintas instantáneas de una vida que, aunque lejos, parece la de cualquiera de nosotros (Muñoz Álvarez, 2015: 

Siempre ha peleado por dotar de un espacio a aquellos que no contaban con el mismo, y en sus propias palabras, Vinalia, su fanzine, fue desde su origen esa utopía posible sobre la que teoriza Alfredo Saldaña (2007), un espacio en el que todas las estéticas pueden expresarse en igualdad de condiciones:

Vinalia fue en su origen un fanzine de relatos ilustrados para adultos que comenzamos a editar en 1995 en León con la idea de dar salida a un tipo de literatura subterránea, alternativa y políticamente incorrecta que no solía encontrar hueco en publicaciones de corte oficial, pese a la calidad indiscutible de sus propuestas. Conocíamos ya de aquellas a un montón de escritores de talento ninguneados por el sistema y el canon, y nos propusimos crear para ellos una plataforma de expresión al tono, con una estética pulp y underground, fusionando la literatura con otras ramas paralelas, como el cómic y la ilustración, la música, el cine independiente, etc. (Muñoz Álvarez, 2011)

La esencia del fanzine es la esencia de toda su obra. Vicente Muñoz Álvarez construye su literatura desde sus principios estéticos y los ejerce como autor, compilador y antólogo o gestor cultural. Se trata de un autor de su tiempo que afronta los conflictos de su época sin evitarlos, con las palabras justas y sin subterfugios literarios. En sus propias palabras:

Nunca me han importado ni gustado las etiquetas y escribo cada libro tal cual me lo dicta mi corazón, sin atenerme a ningún tipo de norma preestablecida. Pero creo (o al menos eso he intentado) que entre los tres títulos6 hay un nexo argumental común y un hilo conductor que les confiere unidad y sentido: ser una crónica (poética y crítica) de los tiempos que corren y estamos viviendo, de la debacle del capitalismo y el desmoronamiento de la economía de mercado, y al mismo tiempo de la dinámica y sinsabores del oficio de la escritura (don y maldición), el segundo gran eje temático de la trilogía. (Muñoz Álvarez, 2020)

Desde estos dos lugares, la crónica de un tiempo y el oficio de la escritura, construye un complejo mosaico en el que los ensayos, los poemarios y los libros de carácter narrativo conviven con las antologías que coordina o todas las publicaciones que son testimonio de una nueva manera de hacer narrativa en las que aparece. Su idea de contracultura reivindica una literatura “alternativa” a la que el canon dicta. Al mismo tiempo su literatura se aloja entre lo real y la plasmación de esa realidad desde su visión, desde el simulacro que puede generar desde esta estética determinada que marca su punto de vista e intencionalidad.

Reconoce a sus referentes desde la escritura y la reescritura y corrección de sus textos y no oculta sus fuentes de inspiración y sus cadencias temáticas:

En ella encontrará ecos de voces para mí muy queridas: Ramos Sucre, Huysmans, Lovercraf y Norberto Luis Romero, a los que está dedicado, y Baudelaire, Rimbaud, Nerval, Poe, Paré, Mache, Blackwood, Dunsany, Yeats, Lautremont, la Beat Generation… así como (cambiando radicalmente de registro y extremo) del cine independiente y gore, la psicodelia y el rock, el cómic, la prensa underground, la televisión y otras disciplinas comúnmente tachadas como cultura pop(ular) o basura, que han sido para mi evolución personal igualmente determinantes. (Muñoz Álvarez, 2008: 6)

El hecho es más que significativo en esta introducción a la reedición de Marginales, título que destaca en la bibliografía del autor por la naturaleza del texto y por el título mismo del volumen que ya lo coloca en un lugar determinado del contexto literario y social. También lo es porque, a su juicio, es un libro diferente dentro de su producción:

En cualquier caso Marginales, tanto por su estilo como por su proceso de reelaboración continua, puede considerarse una rareza en mi bibliografía. Para empezar, el único libro de ficción pura (o eso quiero creer: no dejo de reconocerme una y otra vez en estas criaturas) que he publicado, siendo el resto de tendencia realista (en sus diversas graduaciones) y autobiográfica. Pero sobre todo, y muy especialmente además, por el tono pretendidamente truculento y bizarro, gótico y onírico que le caracteriza, que jamás he vuelto a utilizar del mismo modo en mi escritura. Un tono con el que he pretendido rendir un sentido homenaje a algunos de mis maestros de juventud y a todo el acervo de alta y baja cultura que desde niño he ido devorando y asimilando en mi forma de escribir y concebir la propia vida. (Muñoz Álvarez, 2008: 6)

Equipara el autor su forma de escribir con su manera de concebir la propia vida, y ese es quizá el elemento definitivo para entender la singularidad que representa. Muñoz Álvarez escribe como vive y vive para escribir. Valgan sus propios versos para entender la mezcla de referencias, vida vivida y el deseo literario:

me considero un hombre y escritor esponja, fetichista y mitómano hasta la médula, miro hacia atrás y veo todo lo que me ha arrebatado (que diría Iván Zulueta) reciclado e integrado en mí, en lo que soy, en lo que escribo y edito, desde mis queridas Historias de la cripta a Castaneda, de Dario Argento a Baudelaire, de Bukowski a los Ramones, de JK Huysmans a Tom Waits, de Spiderman a Céline, de Cesaria Evora a Rimbaud, de Thomas Bernhard a John Huston, de Parálisis permanente a Malcom Lowry, de los Clash a los beatniks y de los quinquis a Blake… todo lo que me ha fascinado y marcado lo absorbo y reflejo en mi de forma de estar en la tierra […] y de Vinalia Trippers a El canto de la tripulación… lo pienso y lo repienso mientras subo al blog las fotos de los colaboradores de este último número, Spanish Quinqui, cuánto le debemos a esta revista, El canto de la Tripulación (y también, de paso, a Pierre Mac Orlan), cómo la seguimos en su día, con qué entusiasmo, cómo nos enganchó y lo mucho que ha influido posteriormente en nuestro propio camino… aquella gente, aquella estética, su filosofía y su insurrección… se reflejan, sin duda, en lo que algunos, contracorriente, seguimos intentando hacer: formar una tripulación para evitar que nos devore el sistema… (Muñoz Álvarez, 2014:159)

De eso es, precisamente de lo que trata esta propuesta, de alguien que ha hecho de su forma de vida y de sus convicciones un proyecto literario y estético que va mas allá de su propia obra. Desde León, su ciudad, ha construido una biografía y una bibliografía propia y ha tirado de un gran número de autores que hoy son ya deudores de Vinalia, de la fuerza y la pasión de Vicente Muñoz Álvarez. Ese autor que sabe que para escribir y ser independiente debe trabajar como antes otros grandes de la literatura lo hicieron, de aquel que hoy es capaz de unir a generaciones diferentes para homenajear a los beat, a Bukowski o a la literatura más vinculada a la posmodernidad. Larga vida al leonés que cuida del resto de los hijos del nuevo realismo español.

1 Hay referencias directas en su obra a lugares de la ciudad de León como la Casa Botines, a la que se refiere desde su libro Regresiones como “Torre y llave de plata”. Hay un juego de referencias reales y literarias en esta frase, en sus propias palabras:

En Regresiones hablo de este edificio como «Torre y llave de Plata» en referencia a uno de mis autores fetiche, sobre todo en mi juventud: Howard Phillips Lovecraft. En uno de los relatos que incluye su Viajes al otro mundo, menciona una llave de plata que le transportaba a los recuerdos de su infancia. Era como una especie de salto temporal, de máquina del tiempo. Yo lo asocié en seguida con la Casa Botines y la torre de mi abuela, que de manera parecida me hace retrotraerme a mis recuerdos más tempranos, de ahí el nombre (Muñoz Álvarez, 2018)

2 La propia editorial lo lanzó al mercado con la siguiente descripción: “Un homenaje colectivo, «Made in Spain» al incomprendido escritor norteamericano Charles Bukowski, representante de una estética cruda, cruel e impudorosa. Los treinta y siete jóvenes y emergentes autores aquí reunidos son representantes de una vanguardia de lo «literariamente incorrecto». Sus textos, cuentos, crónicas y poemas se mueven en esa línea descarnada y provocadora donde la realidad muestra su cara más oscura, obscena e incorrecta”, tal y como puede verse en uno de los portales donde todavía puede adquirirse https://www.amazon.es/Resaca-Hank-Over.../dp/8496594211

3 También está presente en la nómina de autores el leonés y miembro del colectivo Leteo, Nacho Abad.

4 Así lo expresa él:

Con exactamente treinta años cambié de prefijo, de trabajo, de objetivos, de vida… Fue un cambio muy grande y, efectivamente, un contraste que traté de reflejar en Días de ruta. Está dedicado ex profeso a mis dos facetas: la de representante de calzado —a la que me dedico medio año, una campaña en primavera y otra en otoño— y la de escritor —a la que le dedico el otro medio—. Intenté plasmar esa especie de juego de balanzas extrañísimo de mis dos oficios, que van desde el estrés máximo, el trajín, el mundo del capitalismo llevado al extremo más crudo y descarnado, hasta la ensoñación pura y dura de pasear por el bosque con el perro y escribir. (Muñoz Álvarez, 2018)

5 Reseña publicada en el blog de crítica “la tormenta en un vaso”, todo un referente de las publicaciones singulares en la literatura del siglo XXI.

6 Se refiere a lo que él considera una trilogía compuesta por los libros Días de ruta, Travesía y Haga lo que haga en la tierra.

Ignacio Escuín Borao, en Teatro y géneros autobiográficos: (literatura actual en Castilla y León, 4). coord. por Nuria María Carrillo Martín. Fundación Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, 2021.


viernes, 19 de diciembre de 2025

ADEPTOS DE MACHEN por SERGIO MAYOR



Carlos M. Pla, amigo, editor de Aurora Dorada. Hablamos de Psicogeografía. Machen, por supuesto. Congeniamos porque congenio con los iniciados en Machen. Somos hermanos de la fe en Machen. ¿Contraseña? Machen. Adelante. Usted es un adepto.

He caminado las noches de Londres siguiendo los itinerarios de Machen (Gray´s Inn Road, bocacalles, alrededores…), flanneur, walker, psicogeógrafo un poco loco de la escuela de Machen.

Alberto Ávila ha traducido a Machen. Carlos no escatima maravillas de Alberto, el escritor, el hombre. Vive para la literatura, dice.

Hablamos de Ian Sinclair y las iglesias de Hawksmoor. Le cuento que he estado en el púlpito de St. George´s Church, en Bloomsbury, la nave vacía, oscura, la resonancia de los siglos. Allí el sistema nervioso siente la espesura de las oraciones, la coagulación de los himnos, los funerales, las homilías, la densidad física de lo sagrado.

Hablamos de Atlantic Bookshop, la librería esotérica cerca de Charing Cross donde descubrí a Austin Osman Spare, el pintor, y compraba extravagancias de Steiner, Blavatsky, Ouspensky, esa clase de visionarios.

Fue una temporada mística. Acudía a la Swedenborgian Church y a la Temenos Academy (¡Jeremy Naidler! ¡La filosofía hermética de Egipto!), conocí a Gary Lachman en un pub de Southwark, me enamoré de una reverenda, me internaba en un monasterio benedictino en Worcestershire…No encontré lo que buscaba, pero fue divertido.

Luego regresé a Granada por razones psicogeográficas. Creo, conozco el genius loci de esta ciudad. He recordado Londres con Carlos M Pla, a quién temí, en un principio, algo satanista, por editor de Aleister Crowley. Nada que ver. Hombre brillante, santo varón, iniciado en la fe de Machen, una fe que nos hermana.

Sergio Mayor


miércoles, 17 de diciembre de 2025

HORIZONTES PERDIDOS por JOSÉ PASTOR GÓNZÁLEZ



cuando ya no queden
ni las ruinas de los molinos
ni los rotos de los palomares
ni las bodegas derrumbadas
ni las espadañas desmoronadas de las iglesias abandonadas
ni los muros caídos de las casas
ni el rastro de las fuentes
ni siquiera el camino que llegaba a ellas
ni vestigios de dónde estuvo el bar o la última peña
cuando ya no queden
ni cigüeñas ni milanos ni bandadas de estorninos
ni árboles ni remansos
cuando ya no quede nadie con quien echar un rato
cuando ya no quede nada en pie
ya no tendré paisaje donde mirarme
ni lugar al que volver

José Pastor Gónzález


martes, 16 de diciembre de 2025

ENVUELTO EN PAPEL DORADO por GORDON HASKEL




Recréate como aquel niño que eras,
con el olor a tierra mojada
que empapa la lluvia en las tardes de otoño,
con las mariposas que alteran
las tripas de adolescente
al ver pasar a la persona
que desmonta tu mundo.

Recréate, aunque solo sea por un instante,
con esa sensación de libertad
que emana de los amaneceres
cuando la juventud viaja
en un tren sin destino ni equipaje.

Olvida por un momento la prisa urgente,
y colorea de luces el árbol de las ilusiones,
como aquel año que no esperabas
encontrarte a sus pies, envuelto en papel dorado,
el juguete que tanto deseabas.

Vuelve a pasear entre las nubes de tus sueños,
imaginando ser un ave que vuela sin cadenas.
 
Recréate en las noches descontroladas
sin relojes ni horarios,
en los atajos que tomabas
para burlar la soledad,
en el carmín que empaña su copa,
en ese tango que siempre quisiste bailar.

Despega con las luces de neón
para alumbrar el horizonte.
Que no te engañen los espejismos del desierto,
ni te envuelva la desazón
que rubrica la desesperanza.
Y recréate con la magia de las estrellas,
con la música que compone el aire.

Embriágate del sabor
de las caricias que sus manos
dejan en tu piel,
de los abrazos sinceros,
de las sonrisas transparentes.

Recréate al fin, con los cuentos de hadas,
aunque digan que no existen
y el final de este poema
solo sea el principio
de los días que vendrán.
 
Porque siempre es agradable regresar
a la estación donde siempre esperan,
los que nunca se olvidaron de ti.


Gordon Haskel


domingo, 14 de diciembre de 2025

CANSADO por PABLO OTERO




Cansado
de terapias, de dimes y diretes, de
aguafiestas, de
llorones y lloronas, de
egos vacíos, de
amiguísimos y amiguísimas, de
filósofos analfaburros, de
escritores expres, de
poetas champiñoneros, de
selfies morritudos, de
palabras huecas, frases huecas
actitudes huecas.

Cansado de egoísmos de ida y vuelta, de
vendedores de miedo, de
multiversos y multitudes, de
hedonistas y arribistas, de
culeros y vanguardistas de cartón, de
medios de comunicación y medias tintas.
 
Cansado de advenedizos de novela negra, de
poetas del yo me mi conmigo, de
mírame y no me toques que tu mirada mancha la pulcritud de mi pensamiento divino, de divinísimo, de divinísimas,
de divinísimos.

Muy cansado del buenos días mundo
buenas noches universo
buenas tardes corazones, de
trapiches y pazguatos, de
fakes news y falsos profetas, de
días de y black friday, de
fascistas y facinerosos.

Cansado, en definitiva
de un mundo cansino y vacío, donde
el que te vean, el que sepan de ti
y el que te quieran, por encima de todo
lo es todo, y el silencio
adormece y adolece de sentido.
 
CANSADO DE MÍ, básicamente
por mirar hacia otro lado
tantas veces.


Pablo Otero 


sábado, 13 de diciembre de 2025

EL HEMISFERIO DÉBIL por PABLO CEREZAL



De vez en cuando desempolvo álbumes de fotos, de aquellos en que las instantáneas eran material sensible también para los dedos. Andaba buscando un pasaporte que quedó detenido en su atropellada inauguración de trasiegos urgentes. Lo encontré en un altillo que ni recordaba de estos escasos metros cuadrados que se disfrazan de hogar sabiendo que, en ocasiones, lograron serlo. Un altillo en que habitaban regalos sin fecha de caducidad y un álbum de fotos que tenía olvidado.

El caso es que he asomado mi ojo derecho a esa cerradura que es un álbum de fotos y me he mareado. Tengo fiebre, me he dicho. Después, poco después, he asomado el mismo ojo a la cerradura de otra colección de instantáneas, digital en este caso y como intervenida por Jesucristo en su multiplicación de panes y peces. Sobre todo peces, que es de lo que más hambre tengo siempre. A pesar de las espinas. Una se me quedó atravesada un día en la tráquea y casi me asfixia. En vez de ayudarme del pan para intentar tragarla, decidí trocarla en orquídea. Ya he adoctrinado a las espinas para que esquiven las llagas que el hambre esculpió en mi garganta.

El hambre. Y el alimento. Y la fiebre. El pescado aglutina aromas de travesía y sabe a refrán recién inventado, al tacto es pétalo jugando a ser labio, embriaga la mirada como una natación detenida y vierte en tus oídos ritmos del salitre que pulió todas sus escamas. De nuevo, me he mareado, mucho más que en la anterior ocasión, como si este pasado digital supusiese más pasado que aquel analógico de sonrisas en Bahía, Suwon, Monnickendam, Sefrou, Gwalior, Estambul o Berlín. También Cochabamba y Aguas Calientes, pretérito futuro en que se adivinaba la vida de peluche que me habría de recomponer los huesos. Al contrario que en Ollantaytambo, donde una sonrisa amarga intentó quebrar alguno de ellos.

Engaño de los relojes detenidos a esa hora en que todas las sonrisas eran otras. Mujeres que claudicaron ante mi torpeza. Que huyeron en pos de un mejor postor. Y bien hicieron. Mujeres, lolitas ya cuando las miro retratadas en ese álbum que me acabo de inventar. Mecanismos de la fiebre o la melancolía mal diseñada. Porque melancolía de aquellos labios, no. Aunque sí de mi torpe manera de intentar leerlos. La edad te hace más viejo. Algunos dicen que más sabio. No sé, no pongo la mano en el fuego ya por nadie. Menos por quien intente dirigirme el raciocinio sin prestarle oído a mi piel. La piel. Ahí el lenguaje que sigo aprendiendo a pesar de ser consciente de que viene urdido de antaños.

Una ciudad norteña. Al norte de qué. Medianoche y aún gaviotas. Un enclave septentrional se congrega a tus pies mientras desorientas valses cíngaros entre los muslos, acunados por el compás redundante del oleaje, arando idiomas que nunca nadie comprenderá, húmedos vergeles de lo sagrado, sobre el pergamino de arena recién borrado por la mar a la que los dedos de tus pies extirpan poemas hechos de puntos suspensivos. Una ciudad norteña y la música que no dejas de danzar al son lejano de la tempestad cuando engulle otro Pequod. A esa cerradura se ha asomado, de mis ojos, el derecho. Y me ha dolido. Es mi ojo débil, debo decirlo. Toda mi fisiología es débil en su flanco derecho. Mi pierna derecha es más corta que la contraria. Mi pecho carece de vello en su triste musculatura diestra. La barba es sfumato sin pericia en el perfil derecho de mi rostro. Mi falo aparenta más sanguíneo cuando vierte latidos a la izquierda de mi cuerpo, a pesar de llevar más de medio siglo vistiéndose del revés. Y así le va.

Creo recordar que mi pupila derecha lleva a cuestas mayor carga de dioptrías. Algo parecido a una verruga tatúa sus bajos como una lágrima indocumentada. Escribo con la diestra y aún no he aprendido a sostener con ella lápiz ni bolígrafo. De pluma no hablemos, porque la tinta me recuerda siempre la muerte de un pulpo al que prefiero deglutir sin imaginar su sacrificio. La cuestión es que aún no he aprendido a escribir con la mano derecha, a pesar de ser la que uso, sin emborronarlo todo. En ocasiones he tenido que dedicar libros, y ha sido un suplicio. «¿Pero qué ha escrito este? Si está todo manchado». Intenté suplir el estropicio sonriendo. Pero me salió la comisura diestra de los labios nadando sin destreza alguna hacia arriba, como un pez que solicita eutanasia. Sé que no logré convencer a quien me pedía una dedicatoria. Aunque tampoco entiendo para qué la quería.

Firmo con la mano derecha también, obvio, y por eso nunca idéntica grafía. Carece de consistencia. Me engaño pensando que puedan llegar a creer, quienes la intenten desentrañar, que es cuestión de personalidad. Dispersa, disfuncional, pero al fin personalidad. Ni una firma igual a la otra, qué desastre. Así me fue, durante años, mientras recorría las cochambrosas dependencias de las oficinas de migración en Bolivia. Que si intenta suplantar identidad y eso es delito, que si ha debido tomar demasiado, que si unos pesitos y aquí no hemos apreciado nada sospechoso. Cómo explicarles a aquellos funcionarios del hambre que sólo se trataba de mi insistencia en rubricar utilizando la extremidad superior de mi flanco deteriorado. Y sí, ya puestos, por qué no decir, como iracundo le espeté a uno de ellos, que también me masturbo con la derecha. Mayormente para comprender que ni eso me sale bien con esta.

Así que abro de nuevo este álbum digital de fotos. Asomo mi ojo derecho a la cerradura y todo se me aparenta velado, como un presagio de presente que rueda hacia un futuro maltrecho. Después, utilizo mi ojo izquierdo y todo se enjuaga de luz, y me invade la calma. Porque las pupilas tienen memoria y no es la de los peces. Al menos en mi caso. Pienso en mi flanco izquierdo y recuerdo que mi pie siniestro resbaló sobre el mármol de un cementerio en Oporto antes de profanar un cuerpo vivo en la ingravidez de lo aún no escrito, coronó un ochomil de escaleras tras un caminar de milagro en mudanza que después haría juego con las cumbres de Sierra Nevada y sostuvo el equilibrio en las aguas del Atlántico a pesar de acribillado por la risa invertebrada de una sirena. Mi mano izquierda, por otra parte, depositó el primer sendero en el rostro recién inaugurado de mi hijo y caminó de puntillas sobre tu pecho contrario. Que cualquier tiempo pasado fue mejor, dicen. Que cuando miras un álbum de fotos puede parecerlo. Que, en mi caso, tal vez sólo sea mejor si asomo a él mi ojo izquierdo.

Acerco la pupila derecha a la cerradura y comprendo que la llave, tal vez, sea el iris de la izquierda. ¿Qué tanto he leído con mi ojo derecho? Novedades y antiguallas. ¿Qué me resta por leer con el izquierdo? Tal vez sólo la vida que cada vez más me anida en este hemisferio que tú supiste recorrer para recordarle que es donde hace nido el corazón. Me asomo a este álbum y recuerdo que incluso le diste sentido a mi perfil derecho descubriéndole el ahora en una cartomancia de inviernos sin frío y veranos frescos, un desentrañarle las entrañas al animal que, en este hemisferio débil, auguraba batallas en que se perdían vidas. Incluso la mía. Daños colaterales. Hasta que tú, como cuadrúpedo inventado vinieses a inventarlo de nuevo pastando el vello inexistente de mi pecho derecho.

Dice la ciencia que el hemisferio cerebral derecho es responsable de las emociones, la destreza artística, la creatividad y la comunicación no verbal. Todo eso que siempre defendí como raíz de este mi burdo estar en la tierra sin raíz alguna. Al final, va a ser verdad, tan consciente de la debilidad de todo lo que en mi cuerpo queda a la derecha, que soy un impostor, perdóname, hijo. Para no flagelarme demasiado, me digo que las pupilas, cuando tan cercanas a otras que casi las muerden, equivocan el punto de vista logrando abolir derechas e izquierdas.

Mientras me pregunto qué pupila será la que asomas tú a la cerradura, he decidido que mañana me calzaré un parche, a lo Joyce. Lo haré, como él, para frenar las flaquezas de mi contemplar borroso todo aquello que me ha conformado. Pero al contrario que él, lo colocaré sobre mi ojo derecho. Nueva certificación de que jamás podré escribir un nuevo Ulises. Me quedo con el sueño de aprender a escribir cuando mirando las fotos con el ojo izquierdo. Y ya puestos, con el de aprender a firmar con la mano derecha. Y sí, el termómetro lo constata, tengo fiebre.

Pablo Cerezal, 
del blog Postales desde el Hafa


jueves, 11 de diciembre de 2025

LAS SOMBRAS DE LA VIGILIA: Esteban Maldonado.



El presente libro es un breve e intenso resultado poético de las noches de insomnio que sufre el autor mientras apura un cigarrillo tras otro y reflexiona sobre la soledad, la cotidianidad, la creación literaria, la vida y la muerte.


martes, 9 de diciembre de 2025

LOW. LOS AÑOS DE BOWIE EN BERLÍN: Reinhard Kleist.



En 1976, David Bowie se encontraba en el punto álgido de su adicción a las drogas. Atormentado por la paranoia y el delirio de la fama, huyó de la estridencia de Los Ángeles hacia Berlín Occidental. En la ciudad donde cada paseo termina inevitablemente ante un muro, se sentiría más libre que nunca.

Con vívidos detalles de la época, Reinhard Kleist retrata cómo Bowie se sumergió de lleno en el pasado, el presente y el futuro de Berlín con Romy Haag, exploró la decadencia de los locos años veinte; con Iggy Pop, se empapó de la música de Kraftwerk y Tangerine Dream. Y en los estudios Hansa, a la sombra del Muro de Berlín, su música más visionaria surgió del espíritu del pasado. En Berlín, Ziggy Stardust, Halloween Jack y el Duque Blanco se convirtieron en David Bowie…

Reinhard Kleist. Nacido en 1970 en Hürth, cerca de Colonia, vive y trabaja desde 1996 como dibujante de cómics e ilustrador en Berlín. Se dio a conocer en 1994 con el álbum Lovecraft y su éxito internacional llegó en 2006 con el cómic biográfico Cash. I See a Darkness. Ambos libros fueron galardonados con el prestigioso premio Max und Moritz. Por Der Boxer, Reinhard Kleist recibió en 2013 el Premio Alemán de Literatura Juvenil, y Der Traum von Olympia fue galardonado en 2016 con el Premio Luchs, el Premio Católico de Literatura Infantil y Juvenil y el Premio Gustav Heinemann de la Paz. En 2018, Reinhard Kleist fue galardonado con el premio Max und Moritz al mejor dibujante de cómics en lengua alemana por su obra. Además de sus cómics, Reinhard Kleist ha ilustrado numerosos libros, entre ellos 1984, Un mundo feliz y El carnaval de las tinieblas.


domingo, 7 de diciembre de 2025

HAIKUS DEL CAZADOR por JOAQUÍN PIQUERAS



vientre y ceniza,

dos orillas de un río

que no retorna

*

el reloj canta,

nadie oye la flor muda

que se deshoja

*

Cae la cera.

El tiempo no envejece:

arde despacio.

*

Soplo la llama, 

pero quien se oscurece

soy yo por dentro.

*

sumas de nadas

en el todo que resta

toda existencia

*

la luz se pliega,

entra la tumba y el útero

bailan los días

*

ni el árbol sabe

por qué sigue de pie

mirando al cielo

*

tuve un principio

caer era mi modo

de florecer

*

beso al silencio:

quizá allí me recuerdes

cuando no sea


Joaquín Piqueras


sábado, 6 de diciembre de 2025

DEL FONDO: UN VIAJE AL FIN DE LA NOCHE


“Del fondo” surgen las visiones más aterradoras, pero también más fascinantes. Surgen las preguntas más angustiosas, pero también las respuestas más necesarias. “Del fondo” nos ha traído Vicente Muñoz Álvarez, siguiendo los pasos perdidos de Poe y escalando en sentido inverso el Monte Análogo de Daumal y las montañas dementes de Lovecraft, esta épica infernal de la nueva y vieja carne, esta crónica bíblica de un éxodo post-humano en pos de una revelación que quizá sea, simple y rugosamente, que no hay luz al final del túnel, sino sólo y por siempre oscuridad. Oscuridad. Oscuridad. 

 Jesús Palacios 


viernes, 5 de diciembre de 2025

SEIS POEMAS de IRREDENTA HORA por JAVIER VAYÁ ALBERT




OJALÁ ESTE POEMA 

Ojalá este poema
te estallara en mitad
de las venas. 
Se derramara 
como río desbordado 
entre tus piernas. 
Ojalá te provocara 
una mísera revolución 
de minuto y medio
 —al menos—. 
Ojalá este poema 
fuera tu charco 
de la infancia, 
tu puño en alto, 
la caída de la estatua, 
de la lágrima, 
la carcajada 
por qué no la carcajada. 
Ojalá este poema 
no fuera otro espacio más 
entre dos silencios. 
Ojalá este poema 
fuera Rosebud el retrato 
de los Dorian Grey 
de pacotilla la conciencia 
abandonada del fascista. 
Ojalá anduviera 
a la altura del vértigo 
volara a ras tras del suelo. 
Ojalá este poema 
te inoculara una erección 
de amor o rabia. 
Ojalá se te cayera a trozos, 
te alzara los ojos. 
Ojalá bendijera 
tu maldición 
y la abanderara. 
Ojalá este poema sí, 
pero este poema no. 
Este poema no 
este poema no 
este poema tampoco 
va a salvarnos 
a ti de ti, 
supuesto lector 
a mí de mí, 
supuesto poeta.


JÓDETE, PETER PAN 

Cuando era pequeño volé. 
Lo juro, no es otra maldita metáfora; 
desde un barco pirata en el cielo 
levanté mis pies y surqué el aire 
como el orgulloso albatros de Baudelaire.
Cierto que era una atracción de feria. 
Y que, en lugar de subir, bajé. 
Y que pataleé en el vacío 
sin estilo ni decoro alguno. 
Y que el suelo me reclamaba con egoísta voracidad. 
Y que tuve la certeza absoluta de una temprana 
muerte. 
Y que sentí una lástima infinita por mi madre 
 — allí abajo — 
viendo a su hijo hacer el imbécil por última 
definitiva vez. 
Sin saber que solo era la primera de una serie 
de caídas 
Cierto que todo quedó en un susto 
y una preciosa marca de Rorschach en el asfalto 
dibujada con la sangre de mi nariz.
Que ahí acabó mi breve y accidentada 
carrera de marino interestelar, 
pero tal vez comencé a disfrazarme de poeta.
Como demuestra el hecho de llamar a caer volar. 
De modo que yo también lo hice;

 jódete, Peter Pan.


LOS UNOS Y LOS OTROS 

Unos 
vienen al mundo a asestar golpes 
y otros 
solo a recibirlos, supongo. 
Unos 
siempre a pisotear 
y otros 
siempre a patalear. 

Todo el viejo asunto 
del equilibrio y todo eso; 

El sparring y el campeón. 
El yin y el yang. 
El tic y el tac. 
La carne y el cañón.

Los unos y los otros.

De no haber víctimas 
nadie sabría discernir 
quienes son los monstruos.


EL FIN DE LA INOCENCIA 

Recuerdo a mi amigo Santi, 
sin camiseta bajo la lluvia 
esposado épicamente 
como un ángel importuno 
ungido en rabia y pena 
en la puerta de Arena Auditórium.
Entonces no nos dimos cuenta 
pero ese fue el primer síntoma claro 
del final de la inocencia. 
Él solo buscaba raspar 
los últimos gramos de pureza. 
Evangelio de los desplazados 
en el margen del relato cotidiano. 
Recuerdo a mis hermanos 
en el funeral eterno del verano 
escuchando un inmarcesible portazo.
Un resplandor de ceniza 
escurriéndose viscoso 
e irrenunciable entre las manos. 
La Boheme 
Mi Idaho privado 
Vomitando auroras boreales 
en habitaciones circulares 
en noches cerradas como bares. 
Recuerdo a mis amigos majestuosos 
Jurando no salir con vida. 
Jurando no salir intactos. 
Jurando no vivir en vano. 
Escudos humanos 
contra la demolición de los años 
cabalgando un fulgor desbocado. 
El fin de la inocencia 
última llama atisbada 
de una civilización extinguida 
al otro lado exacto del océano.


DAVID GONZÁLEZ CONTRA GOLIAT 

Yacen a un lado los guantes 
fotografiando la derrota 
en un blanco y negro inevitable. 
Al otro la pluma descargada. 
Desguarecido el lado izquierdo 
los poetas cojeamos del corazón 
con esta orfandad desmedida. 
Mientras los verdugos no cejan el empeño 
de tomarnos golosos las medidas. 
Los días son comisarios de policía 
y no hay puñalada más trapera 
que la última palabra de la vida. 
Yacen a un lado los guantes. 
Al otro las piedras, el gesto incorruptible. 
A La Plaza de la Soledad se le revuelven las tripas 
y una soleá patibularia recorre Cimadevilla.
Los periódicos afónicos recuperan la voz 
con oportuno hedor a carnicería. 
Yacen a un lado los guantes. 
Al otro las piedras, el gesto incorruptible. 
Yace en la lona Goliat junto a su guadaña 
sonríe David González en paz pie para siempre. 
Mientras ilumina el anfiteatro un fulgor triste 
una luz enfermiza como herida de luciérnaga.


CANÍBAL 

Acostumbro a morder 
la mano que me da de comer. 

Es decir; 

la mía.


Javier Vayá Albert, de Irredenta hora (Ediciones En Huida, 2025) 


jueves, 4 de diciembre de 2025

NOCIONES BÁSICAS DE TERMODINÁMICA por PEDRO CÉSAR A. VERDE



dos cuerpos que se fusionan
generan un silencio a su alrededor
equivalente a la magnitud de la combustión
en la que se consumen

y

se desaloja el tiempo
en la aproximación de los rostros,
buscándose a sí mismos
en el fondo de una pupila
que horada la intimidad
y alimenta la incógnita de su vacío
 
la cercanía y un extraño desconcierto,
una fugaz mirada al retrovisor de la vida,
donde se mezclan rasgos del ayer
y del ahora en una especie de acelerador
de partículas
 
vida y muerte unidas como siamesas,
dos caras de una misma moneda
danzando alrededor de los cuerpos,
compartiendo sudor, aliento
y un diálogo interior indescifrable

sin guion, sin palabras, sin respiración
y la luz al final del túnel
hacia la paz definitiva del cementerio de nubes

solo es dócil la piel cuando se funde


Pedro César A. Verde


miércoles, 3 de diciembre de 2025

COSAS DE LA RESACA por TOMÁS RIVERO



Camarada Lenin, la cadena de producción se la comió un virus al que llamaron Covid-19. Fíate tú de la responsabilidad capitalista y la trascendencia de un bichito soberbio al mando de un microscopio. Las calderas están en ebullición. Ante la falta de proletariado que tome las fábricas, ellos mismos, los dueños, empiezan a abandonarlas. Queman los bosques: cenizas líquidas corren por nuestras venas. Sus medidas productivas nunca se comprueban a través del método empírico: yo metía el dedo en el culo de las gallinas y sabía si tendría huevos para hacer una tortilla. Somos una duda que campea cual cometa al viento de un bello poema. Sus versos de carne tan tristes y dolorosos. Y esta muerte anunciada, este caer por los vértices, las púas envenenadas de una corona de amargas espinas. Ah!, camarada Lenin, vente a la profundidad del bosque. Sus luces y sombras, sus preguntas.

Tomás Rivero


martes, 2 de diciembre de 2025

AMANCIO VAMPIRO DE PUEBLO: Alejo.



Entre el terror gótico y la comedia negra, la obra nos introduce en la peculiar existencia de Amancio Barrallo Barrallo, vecino de Santa Marina del Rey y convertido en vampiro desde los años 60. Un ser que apenas se distingue de cualquier mortal… salvo por su alergia al sol y su insaciable sed de sangre.

Pero Amancio no es un chupasangre cualquiera: junto a la hemoglobina disfruta de una buena copa, y desde la barra de su propio bar —ahora vacío, como el pueblo que lo rodea— sueña con que su orujo atraiga a visitantes capaces de romper su soledad… o de convertirse en cena.

La novela nace a partir del cortometraje homónimo estrenado en 2018, dirigido por el propio Alejo, que cosechó premios nacionales e internacionales y que ahora encuentra en el formato literario una nueva vida, ampliando y profundizando en su delirante universo.

Además, Amancio vampiro de pueblo se inscribe dentro del agrohorror, la peculiar tipología literaria definida por los autores Ana Martínez Castillo y David Roas, que explora la intersección entre lo rural y lo monstruoso, lo cotidiano y lo sobrenatural.

Con una prosa afilada y un humor corrosivo, Alejo nos regala una historia original y provocadora, que reinventa el mito vampírico desde la España rural. Una novela que hará reír, estremecer y brindar al mismo tiempo.


AMANCIO VAMPIRO DE PUEBLO