Nacer corriendo.
Para no perderse nada,
para vivirlo todo.
Rápido.
Para llegar la primera,
para ser la última en marchar.
Deprisa.
Para consagrarse entera,
para caer en la desmedida.
Veloz.
Para navegar asomada a la inexistencia,
para danzar en los claroscuros de la vida.
Y tan, tan lenta.
Para esquivar los golpes,
para taponar a tiempo las heridas.
Tan reposada.
Para aprender de realidades inalterables,
para despojarse de promesas vacías.
Nacer corriendo.
Sin saber frenar
(nunca)
a tiempo.
María Guivernau
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