CÁUCASO
Fumo crack y se deshace boca a boca
copiándome los sueños picados de viruela.
Como la cara de un gangster el amanecer cristalizado.
Se desabrocha el cadáver
como un telón, nos descubre la espalda del cielo.
Nada me da lejanía y sigo con la vida
en primer plano. Y ya cansado
como un disco de sus surcos
o una aguja de la inocencia que no duele:
blasfemar, echar un trago
y sentir que la vida deja mi carne o quema
o se escurre y me seca.
Escapar en aliento brutal de número que estalla.
Escapar en niebla de sesos que se deshielan
como de una estufa que no muerde
sus naranjas de fuego invisible.
No hay arma lo bastante hombre
como para ser la mano que la empuña.
MALOLIENTE TÁNDEM DE BESTIAS
... Y súbeme sin alarma en tu boca de barbarie.
Rojos guisantes amargos salpican mi lengua.
¡En mis manos las yemas despellejadas del rey Midas!
Del subsuelo, llega la sensación vaciante.
Sal, morador, hunde tus colmillos trillizos en mi ingle,
que asome tu cuerno o yelmo por el útero sangrante.
Tiemblan urracas en el poste de mi polla, sin.
Por favor siempre sin. Te apremio.
Sí, a ti, súcubo talador, ven al zoco conmigo
a estremecerte de tisis y de moho,
a ultimar cualquier vicio. Hecho añicos
fecunde tu pico urticáceo cualquier agujero.
Ahora talas, maloliente tándem de bestias
inseparables, trebolar inseparable, contigo súcubo.
Súbeme sin alarma en tu boca de barbarie.
MARINO DE VINO ERA
MARINO de vino dios al suburbio era
y sorteaba cada mes treinta viajes al mar verte
y guardaba blancos rizados suaves treinta trajes
para ti sirena clavada en mis manchas
en tus nalgas velero hasta el alba
en mi ancla tú y yo a trancas y barrancas.
Marino de vino todo el mar triste y sin tino
a romper y quemar lo que yo te quería
y me quedé no llorando con peleas en mis manos
y cristo malas pintas me dijo
no te rajes queda alcohol en tus costillas
y en mi barba salfumán y lejía.
*
Parecen algas al límite de sus fuerzas:
la cinta adhesiva y roja y los raptores
sobre el rompevoces de la chica rubia.
Diente.
Arrecife.
Y el último tic tac del cielo.
La cinta puede llevarse los labios
luego.
Los raptores son crueles,
viven el amor por la despedida
y fue mi primera despedida
como víctima
lo que quedó para siempre conmigo.
Y eso
da miedo.
Sergio Algora, de Celebrad los días. Poesía completa (Chaman Ediciones, 2017).
http://chamanediciones.es/producto/celebrad-los-dias-poesia-completa-sergio-algora/