Sé siempre tú misma...
Pero no olvides maquillarte antes de salir de casa, nadie quiere ver el paso del tiempo en ti, o lo mal que has dormido hoy, o que tu marido te ha cruzado la cara porque algo hiciste mal. Ponte tacones que hagan realzar tu culo. Escoge bien tu ropa, tu imagen dice todo de ti. Enseña tus piernas, que se vea que eres mujer. Y bien depiladas, no vayas a parecer un oso. Y depila tu coño. Y no digas coño, que las señoritas no hablan así. Y sé una señorita, cruza las piernas, perfectamente depiladas; y en forma, ni una sombra de grasa en tu cuerpo, ha de ser perfecto. Porque nadie quiere ver tus piernas si no son suficientemente perfectas. Pero ponte falda, sé una señorita.
Sabes hacerlo, es como siempre ha sido. Desde el primer lazo rosa que te marca en el hospital. Las niñas no juegan al fútbol, no suben a los árboles; y lloran porque sí, que ya llorarás cuando seas mujer porque estás en "esos días", pero ahora llora porque eres niña y eres sensible y débil.
Y cuando seas mujer busca un buen hombre que te cuide, porque necesitas ser cuidada. Y ten una familia. Si no tienes hijos nunca estarás completa. Y si no quieres tenerlos ya cambiarás de opinión, ¡te lo digo yo! Y si no te casas serás una solterona, amargada, por supuesto. Y envejece, pero tapa esas arrugas, y tiñe tu pelo. La mujer con canas no es interesante. Pero ponte bonita, aunque no tengas 20 años, tienes que ser una dama. Y sé una dama en la casa y una puta en la cama. Pero no demasiado, a saber dónde has aprendido esas cosas. Y sigue cuidando tu casa, y a los tuyos, los que completan tu vida. Aunque la artrosis te mate de dolor y el cansancio apenas te mantenga en pie, este es tu sitio, coño! Y no digas coño.
Y sobre todo, sobre todo sonríe. Eres libre. Sonríe. Eres libre.
María Cosmen
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