El viejo Chamán enciende el fuego. Se sienta ante las llamas. Bebe de su cuenco y espera el trance. Cierra los ojos. Respira profundamente. Se deja llevar. Ya oye el mar. Ya oye la estepa. Ya es el Uno y el Todo.
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Cuando de casi todo hace ya veinte años... escribía con nostalgia Gil de Biedma recordando sus años de juventud y formación. Han pasado ya veinte años y los autores que aquí aparecen siguen todavía escribiendo, fomentando la cultura, publicando libros, ganando premios, realizando recitales aquí y allá, y lo mejor de todo, aún siguen unidos en la distancia y los unos se leen a los otros, y los otros apoyan a los unos en un alarde de pasión por la Literatura y más en concreto por la poesía, ese género tan humanístico y necesario en estos años de barbarie e ignominia.
Han pasado ya muchos años desde que en este territorio que huele a mar y a estepa aquellos jóvenes comenzaran a publicar sus revistas, fanzines y sus primeros escritos. Recordemos la revista Thader, todo un mito en la escena murciana, que el poeta Andrés García Cerdán (puente en la frontera) transportara desde Murcia a Albacete dando a conocer a autores nuevos, jóvenes e inquietos. O Isla desnuda, aquella publicación nacida en un instituto de la capital del llano, fundada por Antonio Rodríguez Jiménez, Miguel Úbeda y Pedro Gascón, que se “desnudó” en aquel encuentro de revistas literarias organizado por el Aula de Poesía de la Universidad de Murcia que coordinara Isabelle G. Molina. Ese Aula de Poesía germen y aliento de toda una generación de autores, muchos de ellos aquí representados. Gracias a ella se publicaron primeras obras como Los nombres del enemigo de García Cerdán o Las rutas del Nómada de Cristina Morano, entre otros títulos y antologías colectivas.
Pero sería injusto no hablar de otras muchas publicaciones que asumieron un papel fundamental en la formación de estos autores. Podríamos hablar de muchas como Carpe Diem, que fundara Matías M. Clemente, o La casa subterránea de Antonio Aguilar, junto a aquellas dos publicaciones de Los cuadernos portátiles, donde José Óscar López y Diego Sánchez Aguilar vieran publicados dos libros (Los nuevos dioses y Desde el vientre de la ballena). También ADN o Adentros de la polifacética Mercedes Díaz Villarías. O Amalgama de Vicente Velasco Montoya y El coloquio de los perros, aún hoy en activo tras años de esfuerzo y trabajo de Juan de Dios García y Ángel Manuel Gómez Espada, ambas publicaciones desde Cartagena. También Los deseos, aquella efímera e intensa publicación de Andrés García Cerdán que comenzara a incendiar el llano. Más adelante la revista Hache coordinada por Cristina Morano y Héctor Castilla. Y que decir de aquella antología que seleccionara el poeta Arturo Tendero: Generación Fanzine. Poetas de Albacete para el siglo XXI, donde se dejaba un fiel reflejo de la situación de la poesía más joven del momento en la ciudad de la estepa. Y aquellos recitales poéticos de la Feria de Albacete (Jaufre Rudel) donde se unieron poesía y música y donde autores de ambos territorios conectaron en recitales conjuntos. Muchas publicaciones, algunas desaparecidas, y actos que hicieron de pilar y soporte a lo que hoy en día encontramos.
Han pasado los años, seguimos gozando de la presencia de esos autores. Ahora La Galla Ciencia de Noelia Illán Conesa cacarea por aquí y por allí. El coloquio de los perros continúa su diálogo canino mordiendo y ladrando a favor de la cultura. José Alcaraz y su Editorial Balduque fomenta la poesía desde Cartagena. El festival Fractal Poesía se ha consolidado con su quinta edición y la multidisciplinariedad de su contenido “avivando el fuego” (Rubén Martín, Lucía Díaz Plaza, David Sarrión, Javier Temprado, Matías M. Clemente) Se han llenado nuestras manos de libros y premios, fruto todo de una época. Han aparecido nuevas voces (Javier Temprado, Milagros López, Constantino Molina Monteagudo, Idoia Arbillaga, Gracia Aguilar) unidas a las que arrastraban sus alas tiempo atrás preparadas para el vuelo (Francisca Gata Amate, Javier Lorenzo Candel, José Daniel Espejo, Ángel Paniagua). Hoy muchos de los aquí presentes gozan de lectores, de unas maravillosas y contundentes obras. Premios como el Adonais, el Fray Luis de León, el Hermanos Argensola, el Antonio Machado en Baeza, el Antonio Gala, el Dionisia García, el Alegría... publicaciones en Hiperión, Bartleby, Pretextos, Valparaíso, Rialp, Huerga y Fierro, Balduque,Visor, La isla de Siltolá... han dado fondo y forma a un trabajo bien hecho, a una conciencia del aquí y ahora.
Es el momento de incendiar el mar y la estepa.
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Sentado frente al fuego, el Chamán recita una vieja canción. Una retahíla de antiguas palabras llegan a su boca. Aspira el seco viento estepario. Se levanta y danza ante las llamas. Arde la estepa y su fuego llega hasta el mar calentando las aguas en la orilla. La playa también es una danza de luces y sonidos. Desde el mar a la estepa, predicando en el desierto, este Chamán dibuja en las oquedades de las paredes la amplitud de sus visiones y las mágicas palabras dictadas por otros, por las almas del páramo y de ese mar estepario.
Chamán Ediciones
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