toca desafinado, con la funda
llena de estrellas.
Y no se piensa bajar de su azotea
de vistas privilegiadas.
Le importa una mierda
cómo te las apañes
cargando el contrabajo
por las escaleras.
Jorge M Molinero, de La noche que llovieron impermeables (Origami, 2013).
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