Mucho silencio es molesto. Alguien quiere dormir a mi espalda. Y una brisa aromática despierta los insectos arrugados de la casa. Algunos platos reposan en el fregadero con un ordenador prácticamente todo el día encendido. Las cosas ocurren por muy diferentes motivos. Y hay espuma en las calles y gente tiritando en un largo verano siempre frío. Hay personas esclavizadas y sonrisas y gestos vacíos como un tarro apurado por niños con hambre. Suena la noche y al final sólo tu voz diciendo algo inconexo que no entiende nadie.
Julio César Álvarez, del blog Respirar Descontento.
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