HISTORIAS DE ESTE MUNDO, relatos de Matías Escalera Cordero.
(Baile del Sol, 2011, 212 págs.)
(Baile del Sol, 2011, 212 págs.)
Según Javier Rodríguez, el autor del prólogo: "… Historias de este mundo es fruto de un raro –y poco frecuente ya– esfuerzo literario, de un autor que hace cosas bastante raras en casi todos los palos de eso que se llama poética, o literatura; que no es otra cosa que la imitación programáticamente sesgada de la realidad. Más que un gradus ad Parnasum, como pudiera parecer, la atenta lectura de los relatos que siguen es un auténtico asaltar los cielos… En la amplia gama de sistemas narrativos que se usan en este libro, conviven casi todos los registros posibles del relato actual; aunque la cosa está en cómo usar estos cuentos, para qué, a favor de qué, y contra qué o quiénes se usan… Y, más allá incluso de la voluntad de Matías Escalera Cordero, estos relatos bien valen para releer, en sentido estricto, y no tanto para mostrar –como dice él–, sino para enseñar, en ese raro y arcaico mundo de lo que fue la literatura, lo que no dicen precisamente ya los modelos literarios. Y es que detrás de cada una de estas narraciones hay un discurso distinto, un modelo distinto de contar que se destripa. ¿No fue esa la voluntad que movió a la primera, y ejemplar, colección de relatos modernos en nuestra lengua? ..."
Y en palabras de su propio autor (tomadas de la Introducción que hace a sus propios relatos)
"… Cada relato –su formulación estilística definitiva– viene determinado, en realidad, por la idea germinal de la que se nutre: por la intuición, la imagen o la situación real en que se ha fundado; es esa idea, ese fogonazo inicial, pues, lo que marca el tono y la intensidad del mismo –en gran medida, su atmósfera estética–; pero todos, creo, tienen una común intención (como su marca de fábrica), nacen de una misma pulsión narrativa: desentrañar las decenas de discursos mentirosos con los que se ha construido –por amontonamiento histórico– la realidad [nuestra realidad], los prejuicios y las convicciones alienadas que nos constriñen y nos reducen a esta [nuestra] soledad autista, y que terminan por vaciarnos, por secarnos y aniquilarnos... Hablamos de esa sentida como inevitable e incontestable común sumisión a la lógica del poder –ya sea mediante la ilusión del dinero o de la fuerza bruta–, o de esa resignada y desolada esperanza en el "sentido final" de lo disparatado (de lo que no tiene sentido), o en esa fe ciega (¿?) en la ciencia y en el saber, o en la fuerza irracional y mágica del amor, etc.
Pero, pensándolo mejor, en estos relatos está sobre todo la necesidad de mostrar (simbólica y rabiosamente: mediante una poética, a veces, lírica y, a veces, descarnada) el dolor de los débiles (y débiles podemos –en un punto– llegar a serlo todos), el sufrimiento baldío de los que padecen (por aceptación o imposición) la lógica mentirosa y devastadora de estos discursos, y la intuición de que, en efecto, todos somos víctimas y verdugos, de que todos contribuimos a levantar estas mentiras (que a todos, finalmente, nos aplastan y aprisionan), pero que todos podemos también liberarnos de ellos, aunque sea a costa de nuestras certidumbres y de la cómoda y firme seguridad en que nos hemos (han) instalado.
¿Con qué tipo o modelos narrativos –dentro de la tradición– dialogarían estos relatos? Con el concierto desconcertado de Juan Ruiz y su Libro de Buen Amor, con el Lazarillo de Tormes y con el Cervantes de las Novelas Ejemplares, sin duda; con la atmósfera alucinada del conde de Lautréamont, con la desolada racionalidad de Kafka, con la rabia de Céline, con las relecturas de Karel Capek, con los relatos de Cortázar y de Borges, de un modo paradójico; o con la languidez lírica de un Juan Perucho, por ejemplo. Pero, finalmente, ¿quién sabe? …"
…
Algunos de ellos, están a disposición de quien lo desee en los primeros números de la revista digital de arte y pensamiento crítico Youkali (www.youkali.net)
Pero, pensándolo mejor, en estos relatos está sobre todo la necesidad de mostrar (simbólica y rabiosamente: mediante una poética, a veces, lírica y, a veces, descarnada) el dolor de los débiles (y débiles podemos –en un punto– llegar a serlo todos), el sufrimiento baldío de los que padecen (por aceptación o imposición) la lógica mentirosa y devastadora de estos discursos, y la intuición de que, en efecto, todos somos víctimas y verdugos, de que todos contribuimos a levantar estas mentiras (que a todos, finalmente, nos aplastan y aprisionan), pero que todos podemos también liberarnos de ellos, aunque sea a costa de nuestras certidumbres y de la cómoda y firme seguridad en que nos hemos (han) instalado.
¿Con qué tipo o modelos narrativos –dentro de la tradición– dialogarían estos relatos? Con el concierto desconcertado de Juan Ruiz y su Libro de Buen Amor, con el Lazarillo de Tormes y con el Cervantes de las Novelas Ejemplares, sin duda; con la atmósfera alucinada del conde de Lautréamont, con la desolada racionalidad de Kafka, con la rabia de Céline, con las relecturas de Karel Capek, con los relatos de Cortázar y de Borges, de un modo paradójico; o con la languidez lírica de un Juan Perucho, por ejemplo. Pero, finalmente, ¿quién sabe? …"
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Algunos de ellos, están a disposición de quien lo desee en los primeros números de la revista digital de arte y pensamiento crítico Youkali (www.youkali.net)
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