DÍAS DE HAMBRE Y ROSAS
Adelante y atrás por el camino,
en autostop, sin billete en los trenes,
en una mochila todos mis bienes
y la carretera como destino.
On the road, la Biblia del peregrino,
Zimmerman siempre latiendo en las sienes,
Madre, que no sabe si vas o vienes,
los versos, las rosas, el hash y el vino.
Deshaciendo un ovillo provinciano,
creando conciencia, esculpiendo versos
con hermosos cuerpos y labios tersos.
Todo un vagabundo del Dharma Hispano:
Un paso atrás y dos hacia adelante.
Siempre con hambre, sucio y elegante.
INSOMNIUM
Arde en mi mente el frío de este fuego
que no consigo apagar aunque duerma.
El cuerpo agotado y la mente enferma
ven pasar las horas: Macabro juego
si de madrugada, por más que ruego,
se para el reloj y el tiempo no merma
y todo lo invade una niebla yerma
y una sepulcral vaharada luego.
Podría morir en unos instantes
que ya todo me importa poco o nada.
Dejar esta chaqueta desolada,
los huesos amarillos y elegantes
y éstos plásticos dientes incompletos
que en la noche mastican mis secretos.
SED DE GLORIA
Con hambre en las tripas y sed de gloria
calcé mis botas y me eché al camino:
Cuento lo que fue, no lo que imagino,
me subí al tren y así empezó mi historia.
Como un borrico atado en una noria,
ciego y sordo detrás de mi destino
esculpiendo a golpes de verso un Sino,
una marca en la Tierra, una memoria.
Como aquel Wendigo de pies ardientes,
corriendo por el campo y las ciudades,
revolviendo conciencias obedientes,
poniendo nuevos nombres a las cosas,
alzando el puño a las autoridades:
Fueron los días del hambre y las rosas.
Adelante y atrás por el camino,
en autostop, sin billete en los trenes,
en una mochila todos mis bienes
y la carretera como destino.
On the road, la Biblia del peregrino,
Zimmerman siempre latiendo en las sienes,
Madre, que no sabe si vas o vienes,
los versos, las rosas, el hash y el vino.
Deshaciendo un ovillo provinciano,
creando conciencia, esculpiendo versos
con hermosos cuerpos y labios tersos.
Todo un vagabundo del Dharma Hispano:
Un paso atrás y dos hacia adelante.
Siempre con hambre, sucio y elegante.
INSOMNIUM
Arde en mi mente el frío de este fuego
que no consigo apagar aunque duerma.
El cuerpo agotado y la mente enferma
ven pasar las horas: Macabro juego
si de madrugada, por más que ruego,
se para el reloj y el tiempo no merma
y todo lo invade una niebla yerma
y una sepulcral vaharada luego.
Podría morir en unos instantes
que ya todo me importa poco o nada.
Dejar esta chaqueta desolada,
los huesos amarillos y elegantes
y éstos plásticos dientes incompletos
que en la noche mastican mis secretos.
SED DE GLORIA
Con hambre en las tripas y sed de gloria
calcé mis botas y me eché al camino:
Cuento lo que fue, no lo que imagino,
me subí al tren y así empezó mi historia.
Como un borrico atado en una noria,
ciego y sordo detrás de mi destino
esculpiendo a golpes de verso un Sino,
una marca en la Tierra, una memoria.
Como aquel Wendigo de pies ardientes,
corriendo por el campo y las ciudades,
revolviendo conciencias obedientes,
poniendo nuevos nombres a las cosas,
alzando el puño a las autoridades:
Fueron los días del hambre y las rosas.
Pedro González Polledo