miércoles, 10 de octubre de 2012

LOS BUSCAVIDAS. Jacobo Rivero

Extraído del blog SPUTNIK BASKET BLOG



En El Buscavidas (1961), Paul Newman ejecuta la mayoría de los golpes de billar que luego apararen en el filme. La chulería de Eddie Felson (Newman) le lleva hasta la autodestrucción más inmisericorde en una partida contra sí mismo y el Gordo de Minnesota. La sinergía entre personaje y actor es tan buena que el espectador termina sufriendo por los pecados de Eddie y los castigos del destino.


En baloncesto son habituales los buscavidas, aquellos jugadores trotamundos que normalmente se baten el cobre en ligas menores con la intención de sacarse un puñado de dólares. Tienen mucho menos estilo que Eddie Felson jugando al billar, pero su lógica del negocio no es excesivamente diferente. Jugar partidas y sacar dinero, sin importar dónde. No hay tiempo para preocuparse por la resaca.

Hace unos años María Carolina Pérez y Esteban Gómez Cotorás dirigieron una película documental sobre dos de estos personajes: Tim Jones y Derrick Miller. Al contrario que en la genial película de Robert Rossen, aquí no hay espacio para la ficción. Jones y Miller son dos pobres diablos que en los últimos años de su carrera viajan hasta Chile para hacer lo único que dominan: jugar al baloncesto. Dos jugadores afroamericanos producto de la exclusión del american way of life y sus precipicios. En su periplo hay frío, autobuses nocturnos de manta corta e incomodez permanente, líos con drogas, insultos racistas, frustración, prensa canallesca... incluso cárcel. La película parece más una road movie que un documental.



Rebotes (Chile, 2005) es quizá uno de los mejores documentos audiovisuales sobre las miserias del deporte de la canasta, porque refleja el baloncesto menos evidente, aquel que se juega donde no apuntan los focos, donde los vestuarios son de banquillo duro, ducha de agua fría y billete de vuelta a ninguna parte.

Quizá si Tim Jones y Derrick Miller hubiesen coincidido con Paul Shirley habrían salido mal parados en la valoración del autor del libro ¿Me puedo quedar la camiseta?, pero como ocurre con los personajes auténticos, uno no puede más que lamentar las consecuencias de su destino. Muchos menos juzgarles desde la arrogancia.

Rebotes fue realizada como memoria de carrera de sus autores para la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, y reconocida con el Premio Especial del Jurado 2006 del Festival Internacional de Documentales de Santiago.

Un trabajo periodístico impresionante, un ejemplo para estos tiempos de crisis del sector en el que algunos miran más su ombligo que las evidentes carencias informativas.

Merece la pena verlo. Y luego echar un trago a la salud de los Eddie Felson del mundo, por muy canallas que sean.

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