Con la miopía en exceso,
la
falda violada,
el
sonrojo de las botas gastadas,
respiras.
Y
te nutres a tientas de dicción
y
desvarío a partes desiguales,
rastreando
consonantes,
heredando
los presagios que
otorgan
confianza y osadía
ante
lo insoportable.
No
termina el aprendizaje
aunque
beses con los ojos abiertos
(por
llevar la contraria)
y
te duelas de los muros que
los
corazones levantan
y te desgarre la metralla
de
la distancia.y te desgarre la metralla
Maniobras
en la intemperie,
encapuchada
sin testigos que,
mañana,
te canten valiente
o
humana, al menos,
te
piensen.
Y
seguirás perdiéndote en
los
laberintos aún conociendo
el
norte.
Y
seguirás cayendo en
la
emboscada de los sentimientos.
Adquieres
destreza a golpes
de
rutina,
ignorando el contrabando que
hace
felices a quienes no tienenignorando el contrabando que
vergüenza.
No desafines en la derrota.
Así
has de asomarte al aguacero,
como
estatua impasible,
no
como patinadora distraída
de
brazos cerrados sin paradero
en
la pista.
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