Años de rodaje han necesitado mi piel
mis entendederas, mis neuronas.
Años de contactar, entender, palpar
aprender, digerir, procesar.
Camino de conocimiento gradual
lascivo, interior, emotivo, intelectual
terrenal, mundano, diferente a mí.
Diferente a la esencia de la cual
yo me componía:
frágil, emotiva, palpitante, sensual
crisálida transparente, vulnerable.
Años de discernir, descomponer
fragmentar, calibrar, sopesar
lo que esconde un ser humano
detrás de la fachada que muestra.
Coraza de autodefensa.
Años de rodaje por senderos de vida
acumulando experiencias.
Dosificando pareceres, cuestionando
separando la paja del trigo
cayendo y levantándome una y otra vez.
Años de rodaje, como un coche de estreno
suavizando las marchas
reteniendo velocidades, observando el paisaje.
Sin ese rodaje, mi amor, sin ese entreno
no habría sido posible haber llegado hasta aquí.
A este presente continuo que desenredamos
cada día, ladrillo a ladrillo, paso a paso
tropiezo y esperanza conjugados en el verbo querer.
Maica Bermejo Miranda,
del blog Luces y Sombras.
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