Caminas,
otra vez solo por la ciudad
de los errores,
recordando al ángel azul
que despertó
este corazón
que planeaba ser piedra.
Y casi sonríes.
Y casi rompes a llorar.
El amor,
qué tontería,
te dices...
Y casi rompes a llorar.
El amor,
qué tontería,
te dices...
Pero no dejas de sangrar.
Abel Santos
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