Si supieras, padre, que he necesitado apurar tu vida para entender que fuiste engullido por los convencionalismos de otra época donde la monotonía de la disciplina forjaba hombres desaprensivos, hombres emocionalmente distantes, preparados para no sentir remordimiento cuando el cansancio no os permitiera encontrar satisfacción ni tan siquiera en vuestro propio hijo.
Julio Romero
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