que el colchón crezca
con tu ausencia,
que tus abrazos
me abarquen hasta el pecho,
que las decepciones
quepan en el fondo del último cajón
y se hagan olvido,
que el impulso de las ganas
borre distancias y aumente el deseo,
maquillando la nostalgia,
que el riesgo que corramos
sea proporcional
al objetivo que queramos alcanzar,
que la cantidad de lágrimas
nunca supere la de sonrisas,
que las cicatrices que nos atraviesan
se midan siempre en centímetros
de dolor cerrado
sin posibilidad de supurar,
que los miedos encojan
al bañarlos en agua fría,
que los sueños
lleven levadura en su masa
y doblen su tamaño al hornearlos,
que infinito sea de sexo,
de caricias,
de labios besando,
de amor.
Porque el tamaño,
al final,
siempre importa.
María Guivernau
No hay comentarios:
Publicar un comentario