martes, 29 de mayo de 2012

PERIPECIAS DE LA BRIGADA POÉTICA EN EL REINO DE LOS AUTOMÁTAS


Novedad editorial: Peripecias de la Brigada Poética en el reino de los autómatas, de Alberto García-Teresa

En la encrucijada del microrrelato, el poema en prosa y la crónica periodística ficcional, siempre con la poesía como horizonte y con la irreverencia y cierta comicidad como calzado, Peripecias de la Brigada Poética en el reino de los autómatas (Asociación Umbrales, Madrid, 2012), de Alberto García-Teresa, nos presenta las aventuras de un grupo de personas que, manifestando de facto su insumisión a la lógica utilitarista y de la mercancía, ofrecen nuevas formas de observar y vivir la realidad, de una manera más plena, consciente e intensa. Este repertorio de peripecias nos recuerda que aún es posible revitalizar nuestra existencia, tomar las riendas de nuestras mentes; ser dueños de nuestra propia vida.

Peripecias de la Brigada Poética en el reino de los autómatas
Alberto García-Teresa

112 páginas
Rústica con solapas
Asociación Umbrales, Madrid, 2012
Col. Rara avis, 1
PVP: 10 euros
ISBN: 978-84-940086-0-3

Durante el apagón, distribuyeron miles de poemas para que se iluminasen los transeúntes.

La Brigada Poética ha comenzado el reparto gratuito de gafas de aumento en forma de pareado para posibilitar una nueva mirada crítica y poética de la realidad.

Se adentraron en la farmacia, adormecieron a la propietaria con un soneto gongorino y comenzaron a despachar alegremente poemas empaquetados en pequeñas cajitas por recetas. Espronceda, Machado y Parra fueron los remedios más solicitados. Ante las consultas imprevistas, siempre tenían una greguería a mano.

Para limpiar las legañas y desperezar bien los ojos por la mañana, la Brigada Poética restriega con energía poemas de Margaret Atwood sobre los rostros de los usuarios del Metro.

La Brigada Poética colectivizó la fábrica. Cuando los empresarios y el gobierno cortaron el suministro de energía, ellos comenzaron a alimentar las máquinas con los poemas de Ted Hughes. No había aparato que no se cargase de electricidad al oírlos.

A media mañana, para recuperar energías, mejor que un café y un croissant o un solysombra, poemas de Mahmud Darwish a la plancha.

A cada embarazada que ven pasar por la calle, la Brigada Poética recita a su barriga poemas de Octavio Paz y Eugenio Montale. Quieren así acallar el ruido de coches, electrodomésticos y televisores que puedan aturdir al bebé.

La Brigada Poética propone aprender del haiku a vivir de manera austera, plena y esencial, y del palíndromo a observar del revés la realidad.


Alberto García-Teresa (Madrid, 1980) es doctorando en Filología Hispánica con una investigación sobre «poesía de la conciencia crítica». Ha sido codirector de la revista de crítica sobre ficción especulativa Hélice, de Jabberwock, antología anual de ensayos sobre literatura fantástica, y redactor jefe de la revista Solaris. Ha escrito y escribe crítica literaria en diferentes medios (el periódico Diagonal-en el cual ha coordinado la sección de «Libros»-, las revistas Gigamesh, Prótesis, Solaris, 2001, las revistas digitales Culturamas -donde ha dirigido los contenidos de poesía- Artes Hoy, Espéculo, Castilla. Estudios de literatura, Ariadna-RC, Bibliópolis: Crítica en la red o Prospectiva, entre otros). Es coantólogo de volúmenes de poesía (In Absentia) y de relatos fantásticos y de terror (Paura,Paura vol. 2 y Fabricantes de sueños 2004) y, de manera individual, de Cortocircuitos: Antología de microrrelatos efímeros.

Es autor de los poemarios Hay que comerse el mundo a dentelladas (Baile del Sol, 2008), Oxígeno en lata (Baile del Sol, 2010) y Peripecias de la Brigada Poética en el reino de los autómatas (Umbrales, 2012), así como de la plaqueta Las increíbles y suburbanas aventuras de la Brigada Poética(Umbrales, 2008).

Sus poemas han sido traducidos al inglés, al francés, al serbio, al rumano y al macedonio, y ha sido recogido en varias antologías también por sus cuentos y microrrelatos y publicado en revistas de Europa y América.

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