A los amigos de Hankover
Leo T.S. Elliot
Mientras mi perro
Salta al tender
quita mis calzoncillos
y los transforma
en el plato más exquisito
de su cena
Destapo otra birra
Me río un poco de todo
y pienso
que las chicas de España
son tan hermosas
como las de mi país
Los chicos
También
Unos beben en las calles
y otros
leen poesía en el Bukowski
Pero lamentablemente
yo todavía estoy en Argentina
sin pasajes
y en pelotas
Así que ahora
Me dispongo
A correr
Desnudo por las calles
hasta
el bar francés
donde sólo
los borrachos
logran entenderme
cuando hablo
del aullido hermoso
de la juventud aún no perdida,
del trago dulce
que habitualmente
bebemos en trance,
de esas canciones
que ya no olvidaremos,
de las sonrisas de la putas
que residen en el cielo,
de las muecas risueñas de abuelos
que fuman
gigantes porros
al amanecer
sabiendo
que sus problemas
también se tratan
de un perro
que come calzones
del espanto
de un viejo aburrido
comiendo una naranja
en la cocina
de la locura
de una mujer
gritándote
que olvidaste comprar el pan
para acompañar el asado
de estar ebrios
como yo
ahora
escribiendo ahora
desencajadamente
aún sabiendo
que podría hacerlo
de otra forma
pero me gusta esta
me gusta mucho
lo real
realmente.
Mientras mi perro
Salta al tender
quita mis calzoncillos
y los transforma
en el plato más exquisito
de su cena
Destapo otra birra
Me río un poco de todo
y pienso
que las chicas de España
son tan hermosas
como las de mi país
Los chicos
También
Unos beben en las calles
y otros
leen poesía en el Bukowski
Pero lamentablemente
yo todavía estoy en Argentina
sin pasajes
y en pelotas
Así que ahora
Me dispongo
A correr
Desnudo por las calles
hasta
el bar francés
donde sólo
los borrachos
logran entenderme
cuando hablo
del aullido hermoso
de la juventud aún no perdida,
del trago dulce
que habitualmente
bebemos en trance,
de esas canciones
que ya no olvidaremos,
de las sonrisas de la putas
que residen en el cielo,
de las muecas risueñas de abuelos
que fuman
gigantes porros
al amanecer
sabiendo
que sus problemas
también se tratan
de un perro
que come calzones
del espanto
de un viejo aburrido
comiendo una naranja
en la cocina
de la locura
de una mujer
gritándote
que olvidaste comprar el pan
para acompañar el asado
de estar ebrios
como yo
ahora
escribiendo ahora
desencajadamente
aún sabiendo
que podría hacerlo
de otra forma
pero me gusta esta
me gusta mucho
lo real
realmente.
Mariano Schuster (Argentina), inédito.
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