Embellécete, mundo,
que no nos queda tiempo.
Embellécete ya
para poder decirte
que a pesar de la mierda
de los poderes fácticos,
las mentiras, las guerras,
de los Kalashnikov
bajo el felpudo,
del amor en los huesos,
endeble como un bote
salvavidas,
de los embajadores
de la hipocresía,
de toda la basura
que naufraga en el cesped
de los parques
urbanos,
de los árboles secos
que ya no me dirigen
la palabra,
los futuros desiertos
amazónicos,
la alegría tremante
como ropa tendida
en la azotea,
de los cielos sin luna
como éste,
hoy hace(s) una noche
fabulosa
y brillan en tu espalda
un par de amaneceres
resilientes.
La eternidad tiene los días
contados
y es culpa nuestra.
Gema Fernández Martínez
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