La herrumbre: lo mío o Treinta minutos de microcosmos
Media hora son treinta minutos muertos
que dan para paja y poema.
En ese orden.
Ahora bien:
nadie habla de ello.
un fútil intento estéril de autosatisfacción.
Inútil y pasajero.
Un poema enraizado en ese hastío
un esfuerzo de cincuenta calorías
como el soneto poco inspirado de un Lope o un Garcilaso cualquiera.
Y ahí ha de quedar.
La huida: pruebas del VIH
Espiral.
Maricones que son Ícaros acercándose
demasiado al sol.
Trans que son penitentes
en los acantilados del Aquerontes.
Media hora son treinta minutos muertos
que dan para paja y poema.
En ese orden.
Ahora bien:
nadie habla de ello.
Creo que
toda la bohème de principios de siglo
Mallarmé ante Debussy y el preludio de su fauno
Stravinski en la octotónica del Pájaro de fuego
Nijinsky desnudo mirando a Diaguilev sin parpadear
Apollinaire dando la vuelta al cuaderno
Picasso eliminando la parte trasera de su ojo.
Todos
se matarían a pajas.
Pero nadie habla de ello.
Porque no concibo a Tzara y su:
¡Dadá no significa nada!
sin antes un buen momento para sí mismo.
Y porque es divertido
y también sensato
entender toda la historia del arte como una variación de la tensión y la distensión sexual.
toda la bohème de principios de siglo
Mallarmé ante Debussy y el preludio de su fauno
Stravinski en la octotónica del Pájaro de fuego
Nijinsky desnudo mirando a Diaguilev sin parpadear
Apollinaire dando la vuelta al cuaderno
Picasso eliminando la parte trasera de su ojo.
Todos
se matarían a pajas.
Pero nadie habla de ello.
Porque no concibo a Tzara y su:
¡Dadá no significa nada!
sin antes un buen momento para sí mismo.
Y porque es divertido
y también sensato
entender toda la historia del arte como una variación de la tensión y la distensión sexual.
El poema de la paja ha de ser como esta:
un fútil intento estéril de autosatisfacción.
Inútil y pasajero.
Un poema enraizado en ese hastío
un esfuerzo de cincuenta calorías
como el soneto poco inspirado de un Lope o un Garcilaso cualquiera.
Y ahí ha de quedar.
La huida: pruebas del VIH
Espiral.
Maricones que son Ícaros acercándose
demasiado al sol.
Trans que son penitentes
en los acantilados del Aquerontes.
Espiral.
Heterosexuales que creían que serían de oro
y se rompieron como ídolos de barro cocido.
Enfermeros que comunican exclusión y muerte
como Torquemadas con un trabajo muy aburrido.
Heterosexuales que creían que serían de oro
y se rompieron como ídolos de barro cocido.
Enfermeros que comunican exclusión y muerte
como Torquemadas con un trabajo muy aburrido.
Espiral.
Nadie les dijo nada sobre el sexo.
El sexo da la vida.
Espiral.
El sexo os da la muerte.
Espiral.
Yo creía estar enamorado.
Espiral. Yo. Amor.
Centro.
Golpe.
Luz.
Una doctora que ya no es joven
me pregunta sobre besos negros y fisting.
Yo en el centro de las miradas.
Yo entreteniendo a Adriano en el circo.
Yo pintando para Rodrigo de Borja.
Yo cantando Pórpora a Felipe V.
Nadie les dijo nada sobre el sexo.
El sexo da la vida.
Espiral.
El sexo os da la muerte.
Espiral.
Yo creía estar enamorado.
Espiral. Yo. Amor.
Centro.
Golpe.
Luz.
Una doctora que ya no es joven
me pregunta sobre besos negros y fisting.
Yo en el centro de las miradas.
Yo entreteniendo a Adriano en el circo.
Yo pintando para Rodrigo de Borja.
Yo cantando Pórpora a Felipe V.
Luz.
No, no hago fisting, gracias.
Yo solo soy el filo de la sombra que veis.
No, nada de sexo oroanal.
Solo escribo y creo querer a la persona
del espejo equivocada.
Yo.
Centro.
Yo.
Mi yo espiral.
Estoy sano, por ahora.
Solvento la plaga de los hijos de Sodoma
y aprendo uno a uno todos los idiomas Post-Babel.
Yo.
Él.
Y Yo.
Asumiremos la tormenta y saldremos adelante
sin la ayuda de ningún Perseo flameante.
No, no hago fisting, gracias.
Yo solo soy el filo de la sombra que veis.
No, nada de sexo oroanal.
Solo escribo y creo querer a la persona
del espejo equivocada.
Yo.
Centro.
Yo.
Mi yo espiral.
Estoy sano, por ahora.
Solvento la plaga de los hijos de Sodoma
y aprendo uno a uno todos los idiomas Post-Babel.
Yo.
Él.
Y Yo.
Asumiremos la tormenta y saldremos adelante
sin la ayuda de ningún Perseo flameante.
Antonio Soriano Santacruz, de Nuevas especies de óxido (Boria Ediciones, 2020)
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