lunes, 25 de febrero de 2019

HORMIGA por EVA VAZ




Ya sé, querida, entre tus cápsulas
podríamos nadar a mariposa.
Yo sabría merodear sin escándalo:
me las he escondido tantas veces
sabiendo dónde están.
Esos suicidios de juguete
qué paz amor, qué paz.
Tu vida va dando vueltas
pero tú debes dormir y olvidar,
cenicienta de dos casas,
la única niña que no se remangaba la falda
en el colegio,
la niña buena, la hija perfecta.

Ahora escuchas ruidos de noche
y la pastilla es la mejor hostia,
la que calienta tu lengua
y te quema la garganta.
Pero traga, querida, verás qué bien.
Yo te peinaré mientras te mueres
esta noche.
Mientras la estufa te habla
o te mira con ojos de rata,
mientras los libros del abuelo
se vuelven y te miran estrábicos.

Cariño, duerme, ya pasó,
mañana te pondré una cocacola
en el desayuno
mientras le grito a tus piernas
que detengan su convulsión.
Querida, ya duermes
y todas las persianas te persiguen
con ojitos pequeños
mientras el pasado te atraca:
“fui más joven y más hermosa.
Fui perfecta: ¿quién soy ahora?”
Has ingresado en el mundo
de los ruidos de venenos…
Bienvenida, pequeñita mía,
ahora duerme.
Y sueña que mañana ya serás


Eva Vaz.


No hay comentarios: