martes, 11 de diciembre de 2018

ERROR DE CÁLCULO por SUSANA BARRAGUÉS




Mis labios no saben pronunciar la sagrada invocación de la escritura.
Si formulo la necesidad de un clavel, caen cien aves del cielo.
Si formulo la necesidad de una canción, rebota el sordo eco.
Si formulo la necesidad de un beso, florece una orquídea en un terraplén.
Si formulo una promesa, una lila se troncha por el tallo.
Me equivoco, yerro en mis escritos, y mi ondulada caligrafía
apenas atrae la caída de una o dos hojas parduzcas.
Mis canciones al atardecer no convocan la hora del suceso.
Los soporíferos augurios que enuncio no adelantan en sabiduría al vuelo de las moscas
y los momentos de la revelación que padezco apenas dan para dos o tres suspiros.
Poesía, viniste convocada para las tres y cuarto y yo nací a las cinco.
Mi instante de iluminación vendrá siempre en el momento equivocado
porque hubo desfase entre mi nombre y mis poderes el día de mi nacimiento
confusión entre mi llanto y el imperio ofrecido a mi destino.
No hubo acta magnífica, secretario eficaz ni hada mágica
arco de recibimiento a mi llegada cuajado de flores silvestres
los vientos de mi inspiración no fueron soplados por un cisne de oro
no vino mi corazón envuelto en una sábana de seda
ni transportado mi cuerpo sobre una carroza de caballos azules.
Llegué al mundo sin poesía, y así es como habré de irme
por mucho que me empeñe en invocarla.


Susana Barragués Sainz


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