Miedo a que llegues y las puertas hayan cambiado de lugar las plantas las máquinas giren de izquierda a derecha las esquinas igual o también dejen pasar el viento entre las piedras que no son otra cosa que las palabras cuando no tenemos otra cosa con la que defendernos de las palabras que no son otra cosa que cerillas encendidas y nos encanta la luz y el fuego pero huimos del dolor y soltamos la llama y no importa que caiga sobre la cama o sobre el pastel de tres leches del cumpleaños de la abuela, el dolor es primero y no vamos a dejar que la vida nos pase por encima si podemos soltar la llama y sonreír mientras la casa se desliza hacia un lugar sin nombre y entonces vamos a tener que meter a los niños en una caja y sacar los cartuchos.
Es temporada de caza.
Estamos rodeados y nos sudan las patas.
La crueldad es una puerta
y la ternura un ritual como el bautismo o rascar la coronilla de las cerillas
los rituales son la máscara con la que sacamos de la cama a los niños para que contemplen el abismo.
Carlos de la Cruz
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