Las estaciones,
esos lugares de paso,
tan poéticos, sí,
tan cinematográficos...
Salvo
cuando el tren que parte es el tuyo,
y ves-desde el último vagón-
la figura de tu madre en el andén,
enviándote besos por el aire
y haciéndose cada vez
más pequeña bajo la lluvia;
como te haces más pequeño tú,
que miras tu mano y te falta la suya,
y solo tienes cinco años,
y ni siquiera sabes
quién te espera allí.
Karmelo C.Iribarren, de Seguro que esta historia de te suena. Poesía completa, 1985-2012 (Renacimiento, 2012).
No hay comentarios:
Publicar un comentario