martes, 28 de octubre de 2025

TODO CUANTO HE SIDO por MAREVA MAYO



Tras palabras que insaciaron las carreteras que tomamos de camino a ninguna parte me emborraché 3000 noches contigo sin que ni una sola vez me arrepintiera ni de un trago ni de uno de esos bocajarros que el verbo dictaba entre las brechas que mecieron los amaneceres que pudieron soportar el paso tras la oscura lucidez que siempre detrás de mí apuró el verso y empujó ese cuento que derramado en tu mesa me leía las líneas de la mano que abierta y desarmada escanciaba el abismo de tu ser que conspiraba la historia que entregué sin resistencia al aire que quemó esos viejos pinos que la mar apuñaló en nuestro amor.

No puedes encontrarme entre las cosas que se encuentran y se habitan. Tampoco te tengo, entre pasos de cebra, café, sombras de álamo y salitre que invade lo que se pierde. Más allá de lo que los sentidos narran, de lo que la tormenta hunde, de lo que los puentes contienen de la huella y del después, la canción nos hace errante aurora que no ha dejado jamás de ser el precipicio de la noche y que no abandonó esa enamorada despedida que tras lo desconocido y el fuego, exilió lo conservador y hallado. Y aunque nos convertimos en ese desequilibrio a quemarropa sin apéndice ni raíces, sin firma en la arena, ni pared contra la que descansar la memoria, nunca evitamos lo que el amor nos impuso contra todos los hechos, y aulló en esa ausencia relinchante que nos dio el humo, el color, la brasa, el porqué.... y aunque ya no tenga cordura para escribirte esa carta que pudiera explicarte.... sólo brama tras lo inenarrable que las ruinas y los astros chisporrotean entre nuestros tahúres buceadores del existencialismo y la derrota, y podrás tomar todo cuánto he sido.

Mareva Mayo


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