Si abres todas las puertas, y todos los cajones de tu casa, todos los armarios y todas las ventanas, comprobarás cómo el silencio te inunda los rincones. Un silencio de hielo, como el que siente esquilmado su feudo y sus asuntos. Su espacio y su intimidad. Una sensación de vacío y de océanos profundos, insondables y sin misericordia.
Comprueba cómo el tiempo se para y languidece; pues al abrirlo todo te quedas sin canciones, sin tiempo, ni esperanzas. Así, muy quieto, y observando los diques, sabrás lo que se viene cuando acecha la vida y es urgente tomar partido, posiciones, alertas. La intemperie que cubre teatros y estaciones. Será entonces que corras, presuroso, a ir cerrando las puertas, los cajones, los diques, las ventanas, los barcos, por si acaso la vida te sorprenda desnudo, sin norte ni comparsas.
Nuria Viuda