lo que persigues
y te propones
a lo que optas
y ansías
de lo que te despojan
desprenden y privan
lo que rechazas
de lo que prescindes
por lo que aprecias
por lo que amas
lo que festejas
lo que celebras
lo que te niegan
lo que te atrae
lo que te gusta o envidias
lo que sueñas
lo que anhelas
lo que deseas
por lo que te desvives
y nunca, nunca jamás
podrás conseguir
así
de esta manera
se organiza una muerte
*
porque tengo la capacidad de una caverna
ocupo un orificio
lleno el espacio de un dedal
y
el hueco de un nicho
me expando
por los respiraderos del hormiguero
difuminado en el ángulo muerto
bajo el segundo arco
del puente
disperso, hacia la luz
al final del túnel
extiendo mis alas
adentro de la jaula que me toca
y
me topo
con barrotes
y
paredones
tapias, vallas
y
muros de carga
con tabiques
a ambos lados de las galerías
es entonces cuando colmo las expectativas
y
supero todas las estadísticas
me derramo por encima de las previsiones
sobro
*
el olvidado
en las alcantarillas
eternamente
el sin nombre
el apodado nada
el señalado
el aludido
pero pájaro y libre
punto de mira
el antes
el siempre nada de antes
el perseguido
el apuntado
al margen, en pos, tras
el alias nadie
el que acontece
y no es todavía
el por si acaso
el ser ninguno
el no tenido en cuenta
el invisible
el renglón, la tacha
el asterisco
el que nunca aparece
el en sí divisible
el que faltaba
el ahorita hallado
el espantado, el herido
de plomo y muerte
el trofeo, la presa
el otro, el condenado
el viceversa
el etcétera y demás:
la multiplicidad
el elemento
y la característica
el ayer, los jamases
el hoy, el mañana
los de siempre
Gsús Bonilla,
de Un paraíso de orines
(Asociación Cultural Agita Vallekas, 2019)
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